Un día como hoy en 1998, Wendy O. Williams se quitaba la vida y nos dejaba sin uno de los grandes portentos de rock ¿El rock es cuestión de pelotas? Probablemente, y de ovarios también. Hay gente que perdura en el recuerdo por como eran encima de un escenario y debajo. Como decía Lemmy, no soy rockero todo el dia, paro para dormir. Pues eso. Algunos como Steven Tyler se han convertido en amables miembros de la sociedad (con lo que hemos sido y para lo que hemos quedado Steven), otros, seguirían siendo ovejas negras el resto de su vida, los que consigan sobrevivir. Siempre lo digo, pero el rock hace 30 años era muy jodido para las tías, y mas dentro de parámetros mas duros. Porque además, el hard rock de los 80, las retrató como deseo de millones de adolescentes con la testosterona a reventar, gracias a sugerentes videoclips.
Pero de muñequitas nada, había tías que eran capaces de comerse al mas pintado y no dejar ni las botas. Una de esas era Wendy O Williams, que quizás no fuese un portento vocalmente, ni físicamente (aunque para mi, sigue siendo una debilidad). Lo suyo era una mezcla de punk, metal y lo que le echasen por delante, una especie de Lemmy en tía, que desprendia salvajismo y sexualidad, en unos tiempos donde el rock aun era peligroso, sobre todo en ciertos ambientes. Lo de Wendy y sus Plasmatics, era una mezcla de heavy y punk directo a la cara, con una puesta en escena vibrante.
En el 81 se marcaron este ep «Metal priestess», 6 temas agresivos y corrosivos. A veces, muchas, la calidad de los músicos no lo es todo, también cuenta la actitud, las ganas, el llevar en la sangre ese veneno, y Wendy lo tenia, vaya si lo tenia metido bien dentro. Abren con «Lunacy», que siempre me ha sonado al viejo Alice Cooper, sobre todo por la forma de cantar de Wendy. Teclados eclesiasticos dan el pistoletazo de salida a «Doom song», con Wendy convertida en predicadora del dia del juicio final que se convierte en un apocalipsis punk, de guitarras rápidas y ritmos de esos que te harían bailar pogo en el CBGB’S, hasta que te sangrase la nariz de tanto codazo.
Ya dije antes, que el plato fuerte de Plasmatics y de Wendy era su arrolladora pesonalidad en directo, y en live meten «Sex junkie», muy metálica, sobre todo por la voz, oscura y desgarradora. «Black leather monsters» tiene unas guitarras acojonantes y Wendy vuelve a sacar su vena mas punk, reconozco que la rubia cantante siempre me gustó mas en estas tesituras. «12 noon» comienza con una llamada telefónica y Wendy gritando su proclama, regustillo al rock mas clásico, escuchad esas guitarras.
Otro tema en vivo, «Masterplan», sucio y veloz, como mandan los cánones para cerrar este ep, que es una muestra representativa de lo que fue Plasmatics, aunque os recomendaria que os dieseis una sobredosis de la discografia, tanto de la banda como de Wendy con W.O.W., para saber lo que se cocía en la cocina del infierno a principio de los 80, cuando asistir a un concierto de rock, era muchísimo mas que ir a un espectáculo musical. Ya sabréis, que Wendy se suicidó en el 98 de un disparo en la cabeza, a los 48 años, dejando esta nota,
«El acto de quitarme la vida no es algo que decida hacer a la ligera. No creo que nadie se quite la vida sin antes haberlo reflexionado profundamente durante un largo periodo de tiempo. De todas formas, estoy convencida que el derecho a poder hacerlo es uno de los derechos fundamentales que alguien puede llegar a tener en una sociedad libre. Pienso que la mayoría de lo que hace el mundo no tiene ningún sentido, pero el sentimiento con respecto a lo que estoy haciendo suena alto y claro en el interior del oído, en un lugar en el que no hay nadie, sólo la calma. Amor eterno, Wendy».
Echamos de menos a gente como Wendy.
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