Para el metal de los 90, cuando todo cambió, y las tornas se volvieron complicadas para el hard rock y heavy metal, de corte más tradicional, uno de los nombres que destaca y merece su lugar oportuno en la historia, es sin duda el de Logan Mader. El guitarrista fundó una de las bandas imprescindibles para entender la nueva forma o concepto del metal a partir de la mitad de los noventa, como fue Machine Head, y más tarde, acompañó a otro de los personajes principales de aquellos días, Max Cavalera, en sus Soulfly.
Desde hace un tiempo, el canadiense cambió de lado en la barricada, y se ha estado dedicando a producir bandas, probando el negocio musical de otra manera, desde otra fórmula, pero sin perder esa visión que siempre ha tenido de como debe ir evolucionando el sonido, dentro de unos parámetros metálicos, a los que ha ido dinamitando fronteras o tabús, durante tantos años. Entre las bandas que ha producido se encuentran por ejemplo Five Finger death punch, Gojira, W.A.S.P., Fear Factory o las mezclas de «La puta y el diablo» de Hamlet.
Pero parece que desde Nuclear Blast, han conseguido convencerle para que vuelva a la batalla. Junto a Lauren Hart a las voces, ha grabado este «The life I remember», un disco de metal con referencias a todo lo que Mader han sacado con anterioridad y la predisposición para situarse en los gustos de todos aquellos que disfrutan de este tipo de metal, con accesos comerciales, sonidos que oscilan entre momentos extremos, algún guiño industrial y melodías varias mezcladas con voces guturales, con la calidad que ya se le sabe a este tipo de músicos. Claramente se pueden alinear a veces en el por algunos denostado, death melódico, sobre todo por ese contraste que son capaces de introducir dentro de un mismo tema, con una Lauren que se desenvuelve con igual soltura en parametros de brutalidad vocal alucinantes, como en pasajes más melódicos, demostrando ser una gran vocalista y por supuesto esas guitarras marca de la casa de Logan. Un muy buen disco, calculado para triunfar, pero que a pesar de esa artificialidad que se le pueda suponer, demuestra estar hecho de un buen puñado de canciones, compuestas y ejecutadas por un gran músico. Y repito, ojo a Lauren Hart, habrá que estar muy atento a la vocalista.
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