Siempre uno se encuentra en la tesitura de ir buscando su camino. A la vez que vas quemando etapas, vas conformando tu destino, tus formas. Si una vez que miras atrás y aprendes de errores cometidos, aún no ves claro que es lo que quieres hacer, posiblemente haya algún problema, o deberías hacer parada en la próxima posta y dar vuelta atrás, o tal vez no. Es el caso de los vascos The Inductions. Su primer e.p., «Angel road», era puro rock and roll, fresco y añejo a la vez, un debut que a más de uno, nos alegró la vida. Pero llega la tormenta, el vocalista se va, se convierten en power trio, con Mikel, Dani y Pablo, y se lanzan hacia un sonido más crudo, más potente, de esos que te tira para atrás. Y a pesar del cambio, nos vuelven a dejar con una sonrisa de oreja a oreja, con «Pheromones & Flu». Y cuando creíamos que por fin habían encauzado la situación, nos cuentan que han fichado a Txus, vuelven a ser cuarteto, con dos guitarras furiosas, y se presentan de nuevo con este «Drops on fire», y piensas para ti, estos «cabrones», hagan lo que hagan, tiren por donde tiren, lo hacen de puta madre.
«Drops on fire», va recogiendo todo lo sembrado por el camino con los anteriores lanzamientos, pero a la vez, vamos descubriendo nuevas sonoridades en la banda. Aquí no hay piñón fijo, el que arriesga gana y The Inductions, siguen siendo una de las bandas favoritas aquí del menda. El dúo de guitarras les ha dado mucha consistencia, y eso se nota rápidamente, en cuanto tus altavoces tiemblan con «Nobody knows», melodía y potencia, con ese deje escandinavo que atesoran desde hace tiempo y esos coros que les han quedado francamente bien. «7 days 7 nights» vuelve a presumir de unas guitarras muy buenas, a las que deberías prestar atención. Una de mis favoritas de este disco es «Hero illusion», con ese teclado que les ha quedado fantástico y ese rollo a lo Hellacopters. Sigue la fiesta con los efluvios rockeros de «Guilty empire», donde la melodía de voz se endurece considerablemente, golpeando verso tras verso.
Otra de las que me ha enganchado a perpetuidad es «Some money» con ese riff setentero y ese fondo de hard potente, mezclado con toda esa melodía que han sido capaces de añadirle, musicalmente hablando. «Say it now» tiene un rollo que te va enganchando, con esta estrofa y un estribillo adictivo. Guitarras a mil para «My girlfriend», que me da la impresión que tiene que sonar como un cañón en directo. Cambio de tercio en «21st century ladies», donde se mezclan melodías con un contundente riff y efluvios del mejor aussie rock.
¿La joya de la corona?, ¿Lo mejor para el final?, no se, pero lo que está claro es que «Time to flight» es un temazo que se desmarca del resto del album, en sus siete minutos y pico, desde su comienzo con esos coros melódicos y un riff marcado, ese ritmo pausado y a la vez potente, una manera espectacular de despedir este «Drops on fire». The Inductions siguen dando pasos de gigantes, y cuentan las crónicas, que en directo hacen honor a su buen hacer en disco. Con este nuevo album, quieren expandir su sonido, tocar en la mayor cantidad de ciudades posibles. Sin dudas, se han marcado un discazo.
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