The Last Memories, es el cuarto disco de los valencianos Ambros Chapel lleva ya algunos meses en la calle, pero nunca es tarde si se trata de recuperar un disco que en su momento, evidentemente de forma injusta, no tuvo eco en esta casa.
Un disco que a finales del año pasado fue lanzado y que puedes encontrar en las habituales plataformas de música en streaming, y hacerte con él en el bandcamp del grupo por unos miserables nueve euros, esos mismos que cualquier fin de semana se van sin que te des cuenta, pero lo realmente interesante es la manera de sacar en formato físico el disco, y es que una vez comprobado que lo del cd ya no tiene mucho recorrido, nada mejor, que volcarse para que la música se vista de gala, como siempre tuvo que haber sido, y vea la luz vía un magnífico y cuidado vinilo, del que se han editado una tirada especial, y numerada, de 300 ejemplares, con un cover que refleja a la perfección esa hipnótica atmósfera que te espera a lo largo de los ocho temas que componen este tercer trabajo de Ambros Chapel.
Una especial atmósfera, hipnótica, misteriosa, onírica,que ya desde las primeras notas de «X» , y sin que seas realmente consciente de ello, lentamente, se acaba apoderándote de ti a lo largo de los casi cincuenta minutos que van desde la mencionada «X» hasta que la magnífica»The Solitary Man», en uno de los grandes momentos del disco, con unos grandiosos tres últimos minutos instrumentales en la que las guitarras acaban apoderándose de todo, ponga fin a la travesía.
Antes, habrás transitado por estaciones intermedias como «The Lonely Fair», «I Don’t», «Brazil», «Cellophane», «Broken Dice»… todas ellas necesarias para acabar configurando uno de los grandes discos facturados en España a lo largo de los últimos meses. Un trabajo no exento de un alto riesgo, y es que en estos momentos en los que el usar y tirar, y en las que las digestiones suelen ser rápidas, algo tan denso, tan atmosférico, que sin duda tendría el aprobado del mismísimo David Lynch, plantarse en las soleadas y áridas tierras españolas es, sin duda, de nota. Ignoro que tal serán las cifras de The Last memories a lo largo de estos meses desde que fue lanzado a finales del año pasado, pero, la verdad, me la trae al fresco, y es que mientras junto estas cuatro letras el disco va sonando de fondo, y varias han sido las veces que la grandiosa «I Don’t» se ha manifestado y, al menos para mí, ha sido un autentico placer haber descubierto a estos tipos y haber sucumbido a esa atmósfera tan especial. Lo siento, tú te lo pierdes si dejas pasar a estos tipos sin darles la oportunidad que merecen. El problema será tuyo, no suyo.
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