Pensar que el hecho de contar con financiación de su propio público ejerció presión sobre el motor creativo de Eldorado, sobre su forma de trabajar y componer, es fácil. El público es así: obstinado, atrevido, incorregibles. El respetable podría enfrentarse a Karma Generator de otra forma, asumiendo, sin más, el talento de estos cuatro tipos de los que las habladurías dicen suficiente: que son buenos en directo, que trabajan con Richard Chycki; que se codean con The Muggs y que giran por Europa dejando rastros de fans en lugar de migas; que vaya discazo sacaron el 2013. Sería tan fácil como asumir que, independientemente de la denominación de origen, son buenos; que han respondido a la demanda de su público sólo con pasión por intermediario.
El generador de Karma
Karma Generator trata de muchas cosas. El Karma, por supuesto, pero sobre todo, de como esta rueda es movida por la fuerza de las obsesiones del hombre contemporáneo: la envidia, el rencor, la indiferencia, la ambición desproporcionada y las adicciones. Jesús Trujillo se ocupa de entonar unas letras poco crípticas y bien sintetizadas con su gama de registros habitual, ampliándola con algunos pasajes que sorprenderán -«Luciérnagas» y «Resurrección ahora» son auténticas gozadas vocales-, narrando preocupaciones, reflexiones y llamadas al alzamiento. La temática, por lo general oscura, es quizá el mayor atractivo del álbum con respecto a anteriores entregas, pues el nivel musical se mantiene en lo más alto, pero sobre el terreno lírico donde han agigantado los pasos.
Con «Puedes decir adiós» y «Gente Diablo» consiguen engendrar en el oyente valor necesario para despachar relaciones tóxicas, con estribillos rotundos y frases comedidas. También, definen con elegancia cierto malestar que pasará por nuestras vidas en algún momento («La flor de la envidia») y la peculiar característica que define al ser humano desde hace tanto, el tropezar las veces que haga falta con la misma piedra («Karma Generator»), entre otras cosas. Hablo de letras que, requiriendo atención, se disfrutan sin excesivo esfuerzo, concisas y cercanas. No es difícil verse identificado.
De Deep Purple a Black Sabbath pasando por Triana
El arranque con «Hipernova» y «Gente diablo» remite al oyente a dinosaurios del hard rock de los setenta. Rainbow, Deep Purple o Led Zeppelin: el Hammond es un homenaje a John Lord en sí mismo, suena a gloria, y los riffes de Andrés Duende son puro Blackmore, siempre con ese deje blues que tan bien les caracteriza. Un comienzo potente que zarandea al oyente hacia hipnóticos y orientales lagos lisérgicos: «Luciérnagas» es una gozada de principio a fin en la cual la excelente producción juega su mejor baza. Aquí el sonido cristalino y delicado, más que redondear, otorga sentido a la propia canción.
Hay batacazos stoner, como la arrasadora «Puedes decir adiós» o la rítmica «Quiero verte libre», en las que la base del combo César Sánchez y Christian Giardino cobra auténtico protagonismo, sonando cercanos a bandas áridas como Clutch o los Queens Of The Stone Age más centrados en el ritmo.
Y tramos psicodélicos, como en la épica «Karma Generator» -a lo largo de sus más de once minutos, hay de todo- o en «La flor de la envidia», donde resuenan duro los ecos de la banda de rock sevillana más influyente que ha dado este país.
Fingir ser ciego no te impide ver
La excesiva exposición a la información nos ha llevado a hacer oídos sordos. La distracción tecnológica, el basto Internet, la publicidad y la presión social nos hacen parecer marionetas que no somos, y nos dejamos, por comodidad. No obstante, tenemos un cerebro que funciona, ojos que ven, oídos que escuchan. Tenemos un punto de vista propio que hay que defender.
La polivalente sentencia parece reclamar un individualismo que se echa de menos, el alzamiento de la conciencia. También funciona en el contexto del primer párrafo: que la masa mire al extranjero, a los grupos que vienen de fuera, no debería impedirte ver lo que tienes tan cerca. Eldorado es una banda de rock más hard que clásico, pesado, potente y elaborado. Karma Generator es un gran álbum, con canciones introspectivas y elaboradas, pero también de pesadas piezas de rock impregnadas de riffes cementosos y ritmos como pisadas de T-Rex. Este álbum contiene diez espléndidas canciones de retrorock construidas por un combo que está en su mejor momento. Tú eliges si hacerte el ciego.
Magnífica y detallada crítica. Adoro la gente profesional…y para profesionales de la música…Eldorado. Por fin Rock de altura y nacional. Cuatro jinetes de las notas, rítmicamente desbocados. Simplemente…enganchan!! Enhorabuena!!