Mucho se está hablando estos días, y con toda la razón del mundo, de la escena final del The Lion and the Rose, el segundo episodio de la cuarta temporada de Juego de Tronos, donde en medio del banquete real Joffrey acaba probando su propia medicina minutos después de un antológíco duelo dialéctico con su tío Tyrion, pero la grandeza de Juego de Tronos no debe hacernos olvidar que paralelamente a ella desde History Channel nos está n obsequiando con la recreación de las aventuras de Ragnar Lothbrok, una de las grandes figuras de la cultura nórdica, en Vikings, serie que en estos momentos se encuentra ya dando los coletazos finales a la segunda temporada, mientras ya se ha confirmado que ya hay el ok para la tercera.
Una segunda temporada que, tras el final season de la anterior donde todas las piezas quedaban ya preparadas en el tablero de juego para una inevitable confrontación fratricida, arranca añadiendo una vuelta de tuerca más en cuanto a visceralidad y violencia se refiere, y capítulo tras capítulo todo lo acontecido en la primera temporada aquí se magnifica y es en ese juego de tronos escandinavo, plagado de traiciones, violencia extrema, donde en todo momento, se mire desde el punto de vista que se quierase trate de la cultura que se trate, queda reflejada la inseguridad del ser humano y su necesidad, a lo largo de los tiempos, de creer en la existencia de un Valhalla que se encargue de justificar el transito por el planeta del ser humano.
Y de nuevo, tal como ya aconteciera en la primera temporada, la gran baza de esta nueva temporada es la magnifica recreación, no en vano esta nos llega de la mano de History Channel, de la cultura y de las costumbres de la cultura vikinga , que junto a los escenarios naturales donde se ha grabado consiguen crear un empaque más que sobresaliente, pero es en el capítulo siete de esta nueva entrega donde bajo el título de Blood Eagle nos llega el momento cumbre de esta segunda temporada. Un capítulo en el que no solo la traición y las consecuencias que se derivan de ella es la protagonista, sino también el contraste de culturas entre los paganos del norte y sus vecinos cristianos, y prueba de ello se nos muestra magistralmente en las dos bodas paralelas y la manera de afrontar las mismas, pero incluso la nueva aparición de Katheryn Winnick, sin duda el gran descubrimiento de la serie, es capaz de hacer frente a la escena final del capítulo donde Thorbjørn Harr consigue hacernos participes del horror que trae consigo en vuelo de la Blood Eagle en unos minutos finales de esos que te dejan helado cuando cae el telón. Una escena final en la que imágenes y música se funden para mostrarnos la ceremonia del horror del majestuoso vuelo de la águila de sangre.
Sí, estos días se seguirá hablando y mucho de Juego de Tronos y la escena final del The Lion and the Rose, pero yo seguiré cerrando los ojos y ante mí seguirán presentes las imágenes del magnifico punto final del paso de Jarl Borg por Vikings.
Estupenda recreación, de las que te quedas mirando la pantalla entre la curiosidad y la incomodidad. Todo por entrar en el Valhalla. Y el respeto que muestra Ragnar es impactante. Alguna águila de sangre habría que hacer, aunque apuesto que no darían la talla, jeje.
Un saludo
33% de la nota sobre juego de tronos wtf!!