Antes de empezar con la crónica de lo sucedido en el festival Acordes De Rock creo que lo primero es hablar de los que organizan este evento, y romper una lanza a su favor con todas las críticas que les han caído, y que seguramente les caerán debido sobre todo a los retrasos que se vivieron durante estos dos días de conciertos. No me voy a poner a nombrar las bandas que con sus largas pruebas de sonido empezaron a retrasar todo a pesar de que la organización solo les otorgaba quince minutos para el cambio ni si es lógico que con ese poco tiempo que te otorgan, vengas con tu propia batería y tardes ese tiempo en montarla para luego empezar a probar el sonido con el consiguiente retraso. También opino que pensar que en quince minutos se puedo hacer un cambio de grupo a grupo es tarea complicada y seria más lógico establecer un tiempo de treinta minutos, que siempre puede producirse algún percance con tanta gente trabajando a la vez y cables por todos lados, aunque si los del Acordes se pusiesen duros y cortasen a los que se pasasen de tiempo, entonces las protestas vendrían por actuaciones de solo dos o tres canciones; además de que al incorporar grupos internacionales, estos vienen con un contrato muy bien atado y eso de los atrasos no van con ellos, que tienen fijada hasta la hora de actuación.

En cuanto a los organizadores, estamos hablando de gente joven y emprendedora que lucha por ofrecernos un festival en estas tierras andaluzas con todas las complejidades que tiene en cuanto a infraestructuras y climatología que disfrutamos, o sufrimos depende de cómo nos afecte. Y en esta segunda edición se han mejorado múltiples cosas de la anterior en la que también estuve celebrada en el pueblo vecino de La Roda de Andalucía. La zona de conciertos estaba ubicada en un recinto deportivo teniendo la zona habilitada para el público con una lona azul para proteger el césped y evitarles destrozos, con un amplio escenario para un mejor movimiento de los grupos, y un enorme foso para que los fotógrafos no tuviesen que luchar con el público a la hora de hacer su trabajo. A eso se añadía una grada en un lateral usado para relajar piernas entre concierto y concierto, e incluso para una pequeña cabezada en mi caso para poder aguantar la maratoniana jornada del viernes. Un par de barras para poder refrigerarte a unos precios muy económicos y sobre todo ese gazpacho fresquito que te aportaba energías para aguantar tantos conciertos. En un apartado se situaba la zona habilitada para la adquisición de comida de todo tipo, desde los típicos bocadillos o hamburguesas hasta productos veganos de la mano de David Mauser. Además, la zona de acampada, aunque era de tierra y piedras, poseía una arbolada típica de la zona para intentar mitigar las temperaturas del día, pero aquí no tenemos la climatología gallega, e ir de camping significa sufrir los azotes del Dios sol que, desde bien temprano castigaba al que intentaba dormir algo, aunque por la noche hacía falta abrigarse por el brusco descendimiento de la temperatura debido a la cercanía de la montaña. También la oferta hotelera es mínima y aunque por ahora se va solventando con las diferentes ofertas que se encuentran en los pueblos de alrededor, en caso de aumentar el público, puede crear problemas por su limitada disponibilidad.

Y ahora a centrarnos en el festival en sí:

A la una del mediodía del viernes nos presentamos en la población de Gilena para asistir a la fiesta de presentación de Acordes de Rock en su segunda edición con una oferta de calimocho y una magnifica paella como bienvenida. En dicho evento pudimos intercambiar unas palabras con unos ilusionados Sovengar por compartir escenario con la gran Doro Pesch o con un público que agradecía un festival cerquita de casa. Debido a unos problemas en el tema de sonido de última hora la actuación de la argentina Alejandra Burgos se aplazaba a la apertura de puertas mientras los técnicos corrían preparando las cosas bajo el sol del verano. A las cinco de la tarde se abrieron las puertas del recinto para que unos pocos valientes cogiésemos las primeras posiciones, pero por problemas técnicos que irían acompañando durante las dos jornadas, la actuación de la rockera y su grupo no se iniciaría hasta las 17:40 con un corto setlist que dejo un muy buen sabor por sus ganas de agradar y arrancando los primeros aplausos del festival en sus poco más de veinte minutos de actuación. No la conocía y ahora me tocara estar atento a su agenda para volver a verla y disfrutar con más tiempo a su disposición.

Un rápido cambio y Trilogy 666 cogía el testigo, saliendo con ganas con su personal mezcla de Hard Rock y Heavy Metal. Los cordobeses estuvieron a un buen nivel presentándonos temas de su reciente álbum “III” y seguro que se ganaron algún seguidor más entre los asistentes. Nocheterna fueron los siguientes en aparecer con un estilo más moderno presentándonos su primer trabajo “Epsilon”. Los sevillanos tuvieron una buena actuación aunque se echó de menos a la bella bailarina que colaboró en la grabación del tema “Marioneta” y que ha subido en algún que otro concierto aunque en esta ocasión decidió permanecer en las gradas.

Con los asturianos Soldier el festival se endureció con su oferta de Thrash y Southern, que con dos discos ya nos demuestran que la oferta de metal cañero nacional se sigue surtiendo de buenas bandas. Ya cuando el sol empezaba a darnos un respiro con su ocaso les llegó el turno a los barceloneses Crisix que, junto a los albaceteños Angelus Apatrida, gobiernan actualmente el barco del Thrash Metal nacional. Asistir a un concierto de esta gente es no parar de mover la cabeza con toda la tralla que dan y en Gilena no decepcionaron tampoco.

Debido al retraso que ya se iba arrastrando In Mute cedieron su turno para que la gran Doro nos diera una lección de buen metal, con unos excelentes compañeros, para centrarse en endulzarnos con su voz y su belleza. Con todo bien medido se fue ganando al público desde el primer momento siendo los momentos más emotivos el tributo a Lemmy con “It Still Hurts”, la versión de Judas Priest “Breaking The Law” y la eterna “All We Are”. Lamentablemente el cuerpo me pidió un descanso perdiéndome la actuación de Medina Azahara y despertando a lo justo para disfrutar con unos In Mute en plena forma liderados por una carismática Steffi que perfectamente escoltada por sus compañeros nos hizo vibrar con su death metal en su presentación de su reciente trabajo “Gea”.

Los veteranos Azrael fueron los siguientes y aprovecharon la noche para hacer un amplio recorrido a su carrera musical con temas plagados de melodía. A eso de las 4:30 de la madrugada tuve que retirarme y desde aquí pido disculpas a Landevir y Sovengar por no poder estar en sus actuaciones, pero después tantas horas ya poco podía aguantar y aún quedaba una jornada más, aunque según pregunté al día siguiente, la jornada musical termino sobre las 6:30 de la mañana.

La jornada del sábado empezó perdiéndome a los gaditanos Sexaine, que ya he podido ver alguna vez y tienen muy buen directo, y llegando para ver terminar la actuación de los ciudadrealeños Evil Impulse con su potente Groove-Thrash Metal. Overdry salieron a partirlo todo con un fuerte volumen y una apuesta por su visión del metal lleno de rabia a pesar de los rigores del sol. Los jerezanos liderados por un enorme Alberto Díaz hicieron las delicias de sus seguidores y vecinos que se trasladaron hasta Gilena para darles todo su apoyo.

Legacy Of Brutality continuaron con la jornada de grupos duros con una buena actuación aunque mucha gente siguió su concierto ocupando las amplias zonas de sombra que había en la grada. Los siguientes en aparecer fueron los bilbaínos El Reno Renardo que por primera vez bajaban a tierras andaluzas. Su apuesta por un heavy de cachondeo y mordaz agrado y mucho al público que iba concentrándose frente al escenario ayudado por el alivio de un sol en pleno ocaso, disfrutando con temas clásicos como “Camino Moria” o “Crecí En Los Ochenta” aunque posiblemente debido a los retrasos que se iban produciendo se dejaron en el tintero otros como “Tu Hámster” o “Festival”.

Vita Imana llegaron, vieron y arrasaron en una demostración de darlo todo en el tiempo que tienes y que te fastidia cuando de repente te cortan por problemas de horario. Sonaron espectaculares y Javier Cardoso recuerda al Demonio de Tasmania de Looney Tunes que lo sueltan y luego cuesta atarlo de nuevo, pero precedían a Dark Funeral y la cosa de horarios iba ya bastante mal. Cuando ya estuvo todo preparado, salieron los suecos ataviados en sus armaduras y trajeron el frío a Gilena con una actuación parca en palabras de 70 minutos con su black metal de temas largos donde la melodía se intuye de fondo. Antes de la siguiente actuación de la noche, Mariano Muniesa, que era el encargado de presentar a cada una de las bandas que participaron en el festival, quiso rendir un sonoro homenaje a los artífices de este proyecto presentando a los jóvenes miembros de Acordes de Rock al que nos unimos todos los que estábamos esperando el concierto de los gaditanos Saurom, una apuesta segura para mantener al público hasta que llega su actuación y eso se nota por ser casi siempre los elegidos para cerrar festivales, aunque esta vez se intentó que no fuese así, pero al final les toco tocar a las 3 de la madrugada, aunque no se notó en su saber estar en el escenario con un Miguel pletórico que recibía el cariño de sus paisanos. El quinteto, ya que Antonio no pudo acudir por motivos personales pero que fue magníficamente suplido por todo un profesional junto con las dos incorporaciones en los conciertos, hizo las delicias de todos los asistentes con un set list siempre acorde al lugar donde tocan, con fuegos artificiales, mucho cariño y entrega para hacer disfrutar a todos y demostrar que están en plena forma aunque Josete se le vio todavía renqueante de su última locura en Zamora.

Los penúltimos de la jornada eran los madrileños Megara, grupo que no conocía, pero que tenía muy buenas referencias de compañeros, y me cautivaron desde el primer momento con una puesta en escena fantástica y una apuesta por un estilo personal que ellos describen como Fucksia Rock. Presentaban su primer trabajo “Siete” y nos hizo olvidar las horas que llevábamos encima. Y a eso de las cinco de la madrugada hacían su aparición los malagueños ApologieS ataviados con unas vistosas armaduras, que lejos de la dureza de Dark Funeral, apostaban por un sonido con mucha presencia de teclado y voz melódica femenina, que me gustaron mucho en los pocos temas que pude escuchar mientras nos preparábamos para irnos a descansar al hotel. Espero poder disfrutar de toda su actuación completa en una próxima ocasión.

En resumen un festival que va arrancando con ganas, con fallos pero que se van solventando mientras los organizadores van cogiendo experiencia y que espero no se tomen otro año sabático y tener noticias suyas en el 2018

by: David Galeote

by: David Galeote

Especie protegida que responde al olor del lúpulo fermentado, navega entre la música clásica y el metal extremo, para amargura de sus sufridos vecinos.

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