Saltknell es el proyecto del compositor Vladimir Terentiev que nos llega de un lugar tan exótico como Georgia. Georgia país de Europa, no el estado norteamericano, cuya principal ciudad es Atlanta.

Y si curiosa es su procedencia más lo es su estilo pues estamos ante un disco instrumental de doom atmosférico, una “rara avis” en el panorama musical cuyo gran referente en España sería la banda castellano leonesa El Altar del Holocausto. Una similitud que también podemos comprobar en su portada pues ambos coinciden en el elemento religioso pues aquí tenemos un monje enmascarado aunque cambiando la imaginería de la iglesia católica por la ortodoxa.
En la faceta artística estamos ante un trabajo corto, de algo más de treinta minutos, divididos en nueve canciones que repiten la misma estructura, comenzando casi en un respetuoso silencio (en algunos cortes de más de un minuto) que va evolucionando en un crescendo donde los instrumentos se superponen, con protagonismo para las guitarras.
Composiciones de entre tres y cuatro minutos, relajadas quedando lejos de la brutalidad del metal extremo. Más ambiental y conceptual, con ecos místicos como por ejemplo en “Lantern wicks” donde el protagonismo es para un coro similar al de los conventos.
Un álbum conceptual, hecho con gusto y que lleva por título “Five slow bells” que comienza con “Minus tide count” y finaliza con “Morning knell” aunque entre medias podemos escuchar “Wet Stone lit”, “I miscounted”, el homónimo “Five slow bells”, el antes mencionado “Lantern wicks”, “Holdfast trance”, “Rim- Freeze oath” y “Kelp memory”.
Quizás podamos apuntar en su debe esa estructura parecida en todas las canciones pero al ser de temática similar esa sea la intención. Lo que sí es destacado es su gusto por el riff pesado y su facilidad para crear una atmósfera agradable de escuchar por lo que su propuesta es digna de encomio. Una obra recomendable para todo aquel amante del doom atmosférico.
No puedo dejar pasar la ocasión de agradecer el descubrimiento a Álvaro Geneiro, al que debo escuchar a nuevas bandas y trabajos con gran facilidad. Su capacidad de compartir novedades, clásicas o exóticas, es tan imprescindible como sus comentarios sobre el Cádiz C.F.




















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