El progreso contínuo ha desembocado entre otras cosas en la posibilidad de la manufacturación de la música, hasta el punto de prescindir del concepto de banda en sí favoreciendo desde hace mucho tiempo -aunque a nivel global, evidentemente sigue siendo una pequeña porción del pastel- la aparición de proyectos basados en una sola persona. The Final Witness es otro claro ejemplo de One Man Band. Desde E.E.U.U., Josh Henderson llega con este “Beneath the altar” bajo el brazo dispuesto a hacerse sitio en el cada vez más poblado panorama del Metal.
“Beneath the altar” toma como base el Thrash Metal para ir aproximándolo al Death Metal a veces e intercalar preludios progresivos otras tratando de crear una amalgama de sonido poderosa que cuente con los contrastes propios de pasajes en los que pretender recalcar la pretendida calma que acentue la tormenta. Predominando el riff como elemento diferenciador sobre el que construir el ataque sonoro que Henderson plantea a través de la música de The Final Witness, consigue crear en todo momento esa atmósfera de insistente violencia y desasosiego principalmente gracias a la guitarra. Quizás el sonido de batería es el que adolece un poco de la ejecución necesaria para construir ese muro de contención sobre el que ejecutar aquellos movimientos que enriquecen las canciones más allá de la potencia pura.
The Final Witness -y Josh Henderson como parte del todo- consigue construir un espectro sonoro en el que aprovecha con precisión los “momentos de calma” para acentuar la atmosfera opresiva que desprenden las canciones en el momento en que basan su sonido en los desarrollos más extremos del Metal. Como pasa muchas veces, la sensación en estos discos detrás de los que se encuentra una OMB es la de “uniformidad” personal ante la falta del toque de otros músicos que añadan al final la suma de las partes al conjunto, pero aún así no deja de ser una mínima consideración en un disco que mantiene cotas muy altas y en el que destaca el trabajo de Henderson a la guitarra especialmente en los solos.




















0 comentarios