Desde 2015 llevaba Billy Idol sin presentar nuevo larga duración porque sí nos había legado un par de EP’s. Trabajos más o menos prescindibles que sin ser malos quedaban lejos de los inmortales discos del pasado como el “Billy Idol” o el “Rebel Yell”.

Este “Dream into it” imaginamos que tampoco pasará a la historia pero es agradable de escuchar, fusionando el hard rock, el punk y el pop. Rock suave que empieza con el bonito tema homónimo, un melódico medio tiempo de algo más de cinco minutos (el más largo del álbum) que desemboca en un puente y estribillo puro pop-rock que puede recordar un tanto a los de Bon Jovi o a buena parte de canciones del pasado de Idol.
“77” es más rock alternativo y cuenta con la colaboración de Avril Lavigne, corte comercial (en el buen sentido de la palabra) y donde se contrasta la voz aguda de Lavigne con la de maduro barítono de William Michael Albert Broad.
“Too much fun” es otro corte de punk comercial donde la voz de Idol suena más grave, un tesitura de domina a la perfección. Y es algo a destacar en un músico que cuenta con setenta inviernos a sus espaldas.
Y más colaboración, esta vez con Alison Mosshart con “John Wayne”, pop- rock suave y aseado en la producción donde el compositor anglo- estadounidense le otorga un punto algo más “canalla” y rockero que la melódica voz de Mosshart.
Y entre los invitados a esta fiesta, nos descubrimos en “Wildside” ante la presencia de Joan Jett. Dos leyendas juntas en un medio tiempo acelerado. Bonito y nostálgico que nos hace recordar la importancia en el rock del siglo pasado de estas dos magnéticas figuras.
“People i love” mantiene las constantes del resto del LP, aunque el ritmo punk sea más marcado, hasta llegar a un estribillo coreable, una de las “marcas de la casa” y que ha marcado toda su carrera. Este está bien aunque no sea el de “Dancing with myself”, el de “White wedding” o el de “Rebel Yell”, por citar algunos de sus más inmortales.
Más punk a velocidad controlada es “Gimme the weight” que nos conduce hacia el final con el inicio casi góspel de “I’m your hero” que varía hacia un medio tiempo puramente americano, con predominio de la acústica y el último tema “Still dancing” que suena a sus mejores años en los ochenta del siglo pasado y que junto al inicial nos resulta de lo más estimulante de este “Dream into it”, un disco que nos devuelve a todo un icono del rock como Billy Idol, nombre capital del punk y el hard rock.




















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