Nerea, con su mirada, nos dice que no podemos tomarle el pelo. Cuando era niña,
ya sabía callarse. Por esto, sus intervenciones son precisas y oportunas. Se dice,
que, en Finlandia, las conversaciones triviales son casi inexistentes. Los finlandeses
no sienten necesidad de llenar sus silencios.

Nerea, en su habitación, a solas, se dice a sí misma: (sólo por molestar, por abusar
de la paciencia) ¿Es ésta la taberna sin un vaso, ni vino o camarero, en la que soy
la cliente largamente esperada?

El color de la nada es azul. La golpea con su mano izquierda y la mano desaparece.
¿Por qué estoy entonces tan callada y tan feliz? Se pregunta Nerea.

Rellenando este espacio con sustancia, finlandesamente, podríamos decir que la otra
cara de la moneda vendría a ser el silencio de los corderos. Ese horror vasto y sin nombre
es que los vecinos puedan dormir toda la noche, todas las noches, sin despertarse,
porque ninguno oye ni escucha el incesante e insoportable balido de los corderos
cuando se los llevan al matadero.

Si Nerea fuera ella daría todo lo que es suyo y confiaría su futuro al futuro. Pero
no se fía, —y hace bien.

 

 

by: Angel

by: Angel

Melómano desde antes de nacer, me divierto traduciendo canciones y poesía. Me gusta escribir. Soy un eterno aprendiz y bebo de casi todos estilos musicales, pero con el buen rock alternativo me derrito.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas entradas

Últimos comentarios

Te puede interesar

Merodeando a Andrea y Andrés

Merodeando a Andrea y Andrés

Podemos ver a Andrea y Andrés en el cine. Muy atentos a lo que sale de esa boca mental que sangra desde la lejanía de su existencia. Todavía no han dado ni un sorbo a sus cervezas. Lo que nos dice que el tema en cuestión, es de un interés vital para ellos. Esa boca...

Merodeando a Lucinda

Merodeando a Lucinda

De alguna manera, Lucinda, que posa sin sombrero, se ha dado cuenta de lo que ella transmite al ser observada. Ha salido con su ser desnudo para pasearse por los caminos de la vida. Y en un momento dado, ha dicho: “Ahora, soy yo la que va a mirar”. Por eso ha sacado...

Merodeando a Abigail

Merodeando a Abigail

Abigail, está apoyada en un árbol, con su guitarra, que vendría a ser como tener un tercer pulmón. Está absorta, lo que nos dice que está componiendo la melodía todavía. La forma de sus manos indica que sabe tocar. Y ese fondo impreciso del bosque, muestra que su...

Merodeando a Alma

Merodeando a Alma

Alma está meditando. Se ha hecho consciente de su espiritualidad, de esa dicotomía entre el cuerpo y su psique, por lo que la luz del sol que la atraviesa de fondo, hace que la veamos translúcida, confundiéndose con el bosque. Con esas ramificaciones neuronales de la...

Merodeando a Shanyuan

Merodeando a Shanyuan

Shanyuan se está bañando sin frotarse el cuerpo, lo que nos indica que es una ceremonia placentera. Una húmeda caricia fresca cayendo sobre sí misma. Esos ojos cerrados con su sonrisa cómplice, nos indican que sabe que las estamos mirando. Y de pronto, en aquel viejo...