Se supone que hay que pensar antes de escribir, aunque los textos poéticos anteceden al pensamiento. Así que lo que voy a hacer es escuchar las canciones de este magnífico disco que se publicará el día 24 de este mes, para soltar mi mente y comprobar qué efecto tiene su sonido en mí, en presente.

Hace ya un tiempo que no sabíamos de John. Multi instrumentista prolífico que no para de hacer lo que más le gusta, música.

En todo este tiempo que llevo escuchando la música de John, he comprobado que, a la hora de abordar este arte infinito, es capaz de introducirse en casi todos los estilos con una facilidad que he visto en pocos artistas.

Esta vez nos presenta un álbum, Alive, muy personal e íntimo. Para lo que ha utilizado solamente la guitarra el piano y su voz. Un álbum Adult contemporary con influencias de jazz, free jazz, blues, swing, folk, pop y música medieval europea. Ahí es nada.

Me atrevería a decir que, si sois melómanos que no asimiláis el jazz, John, os lo pone fácil, muy fácil. Nuestro músico juguetea con las notas y sus escalas con una sensibilidad especial, algo que, unido a los matices de su voz, tanto grave, como aguda, más los silencios que se producen para dar énfasis a los instrumentos, me parece magistral.

El álbum comienza con Oh, well. John, te cuenta al oído una pequeña historia en la que recuerda a alguien que ya no está y que ha dejado huella en su vida, una huella de amor. Tantas cosas que pueblan esta vida, y al final, lo único que permanece en nosotros es el amor. Permanece de una manera que se contagia y va pasando de vida en vida dando saltitos de corazón en corazón, para así, perpetuarse. Me ha parecido escuchar en un tramo de canción, la banda sonora de Dos Hombres y un Destino, ¿os ha pasado a vosotros?

La segunda canción Better Times, más pausada, suena con unas voces alargadas, tristes, como un aullido. En estos casos el alma escuece. Sí, esa sensación que tenéis cuando algo os duele, es vuestra alma. Para el alma ¿ha pasado un minuto, o varios años? A veces vivimos rápido, cuando todo va bien, pero otras el minutero se enlentece como si quisiera decirnos algo. Algo que tenemos que descubrir nosotros. Es una señal de madurez, ver que esos tiempos mejores se han ido.

El siguiente corte tiene un componente más jazzístico, sin embargo, por sorpresa, irrumpe una armónica. Los instrumentos revolotean unos junto a otros creando variaciones armoniosas que giran alrededor de la voz de John que, con un falsete precioso, muestra la versatilidad de su timbre; adaptable a placer. Se trata de I See You. John tiene un presentimiento, o más bien una visión del futuro, de lo que acontecerá. Y le dice a alguien que se comporte como un hombre y nade. En el desarrollo metafísico del mar, podemos hacer tres cosas; nadar hasta una orilla, fundirnos con el medio, o bebernos su agua salada para comprender.

Seguimos escuchando las cosas que nos dice John, esta vez con la siguiente canción titulada Hounds. En esta ocasión, la melodía nos revela algo, nos aporta una solución. Enfrentémonos a nuestro miedo, lo que nos hace huir no es real, pero la única manera de comprobarlo es enfrentándonos.

Esta bonita canción que comienza con voz grave, nos propone dudas, sí, dudas existenciales como el hecho de no querer ser humano, sino un Alien, o sencillamente, no ser. Otras veces no sabemos si recordar u olvidar. El amor necesita frecuencia, la amistad no, dijo alguien muy sabio. Nos gustaría tener a nuestra pareja siempre presente. Pero en esta doble vida, que sucede por dos caminos a la vez, tenemos que crecer pendientes de nosotros, y a la vez atender a nuestros seres queridos. Esta dicotomía, no sé si necesaria, hace que no estemos siempre presentes para el otro. Por eso es preciso esperarse.

En este bonito paseo que nos ofrece John por sus inquietudes hay de todo. Pasamos a un sonido más pop, más reconocible. Es una canción que transmite esperanza, con una dosis de amor y tranquilidad. Un mensaje de no necesitar pertenecer, que me parece importantísimo para el desarrollo de cualquier persona que se tome en serio su individualidad. Queen of the forest, nos dice todo esto.

John sigue jugando con sus emociones, esta vez con la canción Tension. En esta melodía la letra es más críptica, pero en un pequeño destello se puede entender que nuestro artista se debate entre esos dos ríos que son nuestra vida, el de dentro y el de fuera.

Midnight Man, es la octava canción. Parece ser que alguien llama a la puerta con problemas, y los cimientos de una vida armoniosa y tranquila se ven sacudidos por esta persona. Ya sabemos que el ochenta por ciento del misterio de la vida es herrumbre, oscuridad. El otro veinte, luz, una luz que vence a pesar de ser menor en cuantía.

Llegamos a la siguiente canción, The Drought. Nuestro protagonista se queda sin tiempo, pero ¿qué es el tiempo en realidad? ¿Qué tiempo es ese que todos queremos que suceda sin problemas, sin malestares? ¿Y si el verdadero tiempo es otro? Esta melodía nos dice que John camina sus desiertos, los desiertos del alma. Algo muy importante para cuando estamos solos de verdad, algo que sirve para distinguir a los demás y saber con quién caminar y con quién no.

Vuelve el peso de la vida con un corte titulado, Beach Blues. Una canción que nos habla de llevar el peso de tu vida en soledad. Estamos muy unidos, aparentemente, pero. Si estamos cerca uno del otro, ¿quién de los dos es el que se acerca? Y volvemos al amor. Con el amor, ese amor que se da, —no el que se recibe— siempre se está cerca de todo y de todos.

Y con un gracias por tu amistad termina este formidable disco. Thanks for Your Friendship es una melodía instrumental, con el piano como protagonista que anuncia el fin de esta historia. En un tono alegre pero melancólico, John nos dice adiós. Un adiós que es un hasta pronto. Mejor hagamos cada uno la mitad del trayecto para no estar solos, y así llegar a ese amor dadivoso que llena el alma en comunión. Una buena ocasión para un concierto acústico que, esperemos, se cumpla.

John Serrano – Alive

10
by: Angel

by: Angel

Melómano desde antes de nacer, me divierto traduciendo canciones y poesía. Me gusta escribir. Soy un eterno aprendiz y bebo de casi todos estilos musicales, pero con el buen rock alternativo me derrito.

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