Disclaimer es un más que interesante mini serie de 7 capítulos (cada día me gustan más las miniseries) de la mano del siempre interesante Alfonso Cuarón (Roma, Gravity, Hijos de los hombres). Disclaimer adapta la novela de Renee Knight con un reparto inmejorable: Cate Blanchett, Kevin Kline o Sacha Baron Cohen (en un personaje serio) aunque quien les roba la función a todos es Leila George.
Tras un apartado técnico impecable y unos intérpretes en estado de gracia, a Disclaimer sólo puedo objetar alguna bajada de ritmo hacia el quinto episodio, nada grave. No voy a contar de qué va Disclaimer. Es mejor acercarse a esta serie sin tener ideas preconcebidas ya que, precisamente, éste es uno de los puntos fuertes de la serie. Plantearnos qué hay de cierto en lo que tenemos como certezas. La verdad tiene muchas caras y no menos aristas. Los héroes pueden convertirse en villanos fácilmente, es suficiente con mostrarnos aspectos ocultos de su existencia. Que le pregunten a Errejón. Disclaimer viene a plantear que la apariencias quizás no son de fiar y que más vale tener toda la información antes de emitir un juicio. Pero, claro, tener toda la información es imposible. Basamos nuestras vidas, nuestras creencias y nuestras amistades, nuestra realidad al fin y al cabo, en premisas que tenemos como ciertas aunque para otra persona no lo sean. En el mundo actual ya no se prima el conocimiento (que necesita un tiempo de estudio y un esfuerzo) sino que se prefiere que alguien haga el trabajo por nosotros y nos lo dé todo mascado. Queremos certezas: estos son los buenos, estos son los malos. Esta endiablada dicotomía nos lleva a una polarización que elimina los matices. De eso trata también Disclaimer: la dolorosa imposibilidad de llegar a conocer realmente la verdad.
Hasta el último momento Disclaimer te hace dudar. Yo me quedé con la duda de quién dice la verdad. Aunque quizás lo mejor sea hacer como uno de los personajes y admitir que nunca sabremos toda la verdad, seguir con nuestras vidas y nuestras creencias (falsas o no). Ya lo decía Ramón de Campoamor: “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo depende del color del cristal con que se mire”.
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