Por fin llegó a nuestras pantallas la esperada adaptación del cómic de Neil Gaiman, The Sandman. Han pasado más de 30 años para ver materializadas en imágenes las fascinantes historias contenidas en uno de los mejores cómics de las últimas décadas. The Sandman no era un cómic al uso y la serie que lo adapta tampoco lo debía ser. La complejidad de las tramas y los personajes de Gaiman están muy por encima de lo habitual en los cómics. Tal y como sucedió con Watchmen, adaptar The Sandman de forma satisfactoria era una tarea casi imposible ya que era un crisol de historias de estilos y tonos muy diversos. Por suerte, la serie estrenada recientemente en Netflix ha sabido trasladar con éxito el universo Sandman a la pantalla. Puede que a muchos lectores del cómic nos hayan llamado la atención de ciertos cambios de género y de raza de ciertos personajes (luego me explayo con esto), pero la esencia del cómic se respira y se siente en la serie. Han sido unos pocos episodios que apenas nos han permitido vislumbrar toda la magia y la poesía que Gaiman es capaz de crear.
Lo cierto es que ya el primer episodio se toma su tiempo para presentarnos a Sueño y todo ese mundo onírico del que es amo y señor. Con una dirección artística y unos efectos especiales a la altura de lo esperado, The Sandman logra enganchar al espectador desde el principio y no le suelta. Puede que a los no iniciados les resulte compleja o demasiado fantasiosa de primeras, pero creo que si le dan una oportunidad caerán también rendidos a los pies de esta serie. The Sandman ya tiene episodios antológicos como el quinto (el de la cafetería) que demuestran la valentía que ya hace 3 décadas se desplegaba en los cómics. Como era de esperar, las innumerables referencias religiosas y mitológicas de Gaiman están presentes aunque algo mitigadas. Por cierto, no debéis perderos los alucinantes títulos de crédito finales aunque se echa de menos la estética de Dave McKean, autor de las surrealistas portadas originales. Por cierto, tras la salida de los 10 primeros episodios, Netflix ha lanzado el undécimo a modo de epílogo con 2 historias independientes y no se descarta que vayan lanzando más. Está visto que The Sandman va a a ser también una serie tan peculiar como cara.
No todo va a ser positivo. Ya sé que el actor elegido como Sueño (Morfeo o Sandman) es bastante inexpresivo pero es clavado al personaje. Quizás su estética se ha quedado algo desfasada pero Sandman se concibió a finales de los años 80 cuando los cardados y la estética gótica estaban al orden del día. El resto del reparto está bastante acertado si aceptas el cambio de raza y género. Eso sí, Muerte me defraudó, me esperaba un personaje más cínico y cruel con pinta de paliducha gótica pero en la serie parece una hermanita de la caridad rebosante de buenas intenciones. No me jodas. Tampoco me ha gustado lo que han hecho con John Constantine, la película de Keanu Reeeves no le hizo justicia al personaje pero convertirlo en mujer creo que lo ha desvirtuado totalmente. Otro tema a mejorar: la música de David Buckley. No me malinterpretéis, no está nada mal pero yo hubiera preferido guiños a los 80 (que tan bien han funcionado en Stranger things) o que la banda sonora corriera a cargo de Trent Reznor y Atticus Ross (cuyas tenebrosas creaciones se ajustarían a la serie como un guante).
Cierto que hay detalles que chirrían (los ojos de Sueño o las citadas modificaciones de los personajes) pero creo que estamos ante la mejor adaptación de una obra de Gaiman hasta la fecha y el mejor Sandman televisivo posible.
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