Con la reciente publicación de Detente bala, Las Novias vuelven a la actualidad. Ocasión más que propicia para hacerles unas preguntas a este mítico grupo zaragozano, responde Oskar (guitarra del grupo) al que debo agradecerle su tiempo y su amabilidad. Así ha quedado la cosa:
-Tras 35 años de carrera, tenemos un disco nuevo de Las Novias. Contadnos algo de Detente Bala.
Es nuestro quinto disco de estudio. Somos poco prolíficos. Nos movemos con la lentitud de las tortugas, lo que nos hace casi inmortales.
– ¿Cómo es el sonido de Detente Bala? ¿Qué lo diferenciará de lo anterior?
Después de haber trabajado en la producción con cantantes (Enrique Bunbury) y teclistas (Nacho Serrano) era la primera vez que trabajábamos con un guitarrista a los mandos y eso se ha notado. También hemos podido grabar la batería de un modo totalmente analógico. El resultado es un sonido más guitarrero, contundente y directo. Era lo primero que tuvimos claro cuando empezamos a pensar en este disco y era lo que exigían los nuevos temas. Estamos plenamente satisfechos del resultado.
-¿Cómo fueron la grabación y la mezcla del disco? ¿Se vieron afectados por la pandemia?
Ha sido una grabación muy accidentada. Nuestro plan esta vez era diametralmente opuesto a Invicto. Entonces, con Invicto, nos apetecía enredar con cambios en el estudio, sabíamos que en eso contábamos con la complicidad de Nacho Serrano. Para este disco queríamos una grabación rápida y directa. No ha habido suerte.
Más de la mitad de las canciones del disco estaban ya perfiladas a finales de 2019. Una serie de circunstancias fueron retrasando el proyecto. El plan era acabar de componer y empezar a grabar después de los conciertos con New Model Army previstos para los días 5 y 6 de marzo de 2020 y todo el mundo sabe lo que vino después…
Cuando el panorama se empezó a despejar, terminamos de componer el disco y nos pusimos en contacto con Rafa Domínguez. Teníamos muy claro desde el principio que sería con él con quien haríamos la grabación.
Finalmente entramos en La Cafetera Atómica en junio de 2021. Aunque la grabación fue al principio bastante rápida, problemas ajenos al grupo paralizaron el asunto. El 2 del 2 del 22 terminamos las mezclas con Rafa y, a finales de marzo, la masterización con Javier Roldón en los estudios Vacuum Mastering de Zaragoza.
Hemos tardado mucho más de lo que teníamos previsto en un principio pero también nos ha servido para madurar algunos temas y darles una forma definitiva que realmente nos complace.
– Ya desde el título del LP y la letra de Misericorde parece que habéis dado un giro hacia temas más políticos. ¿A qué se debe?
Los temas son variados. Es verdad que Misericorde (y algún tema más) presenta una letra mucho más políticas, pero se mantiene en general esa poética surrealista en las canciones del grupo. Básicamente las letras de Las Novias hablan de relaciones entre personas y entre personas y cosas y los sentimientos que las acompañan. Eso se aplica también a las letras “políticas”. Está claro que el mundo y, en especial la parte del mundo que nos toca más de cerca, está involucionando de una manera que nos interpela con crudeza. Nos apetecía responder.
-También vuestro peculiar villancico Diario de Navidad tenía una letra muy comprometida…
Sí, siempre y cuando se entienda dentro del marco de la cultura popular en la que nuestra actividad se enmarca. No somos un grupo político, aunque tengamos nuestros compromisos personales. Pero es verdad que nos han tocado unos tiempos turbios, con mucha gente despistada, en los que parece importante recordar lo obvio.
-Siendo el directo uno de vuestros puntos fuertes, ¿Cómo habéis llevado estar tanto tiempo sin tocar debido a la pandemia?
Con paciencia. Todo este asunto ha tenido consecuencias tan dramáticas para tantas personas (lo que incluye a nuestro propio entorno) que lamentarnos por eso, por no haber podido actuar, nos parece frívolo. Nos duele, desde luego, los daños padecidos por los profesionales del montaje de conciertos, los profesionales del mundo de la música que hacen que nuestros discos y nuestros conciertos sean posibles. Desde luego, tenemos muchas ganas de tocar en directo.
-Vosotros sois unos supervivientes de aquella primera ola de rock zaragozano y formasteis parte de aquel mítico concierto en el estadio de la Romareda en 1991, ¿cómo vivisteis todo aquello?
Éramos muy jóvenes y no demasiado conscientes de lo que aquello suponía. Por supuesto, ni se nos pasaba por la cabeza que, diez años más tarde, la gente tuviera un recuerdo trascendental de ese concierto (y mucho menos 20 o 30 años después) o que fuera a adquirir esa dimensión simbólica. Desde la perspectiva de ahora, está claro que, para una generación ese concierto tuvo un encanto especial. Culminaba algo pero era también el comienzo de otra cosa, grande e interesante. Nosotros, como hemos recordado más de una vez, a partir de entonces, fuimos descendiendo uno a uno todos los peldaños del rock: de los grandes estadios hasta las salas más modestas.
– Os cuento una anécdota real, allá por 1990 un tipo por la calle me sacó una navaja y me dijo: “¿Héroes, Niños o Novias?” Yo respondí “Novias” y el tipo me soltó. ¿Erais conscientes del nivel de fanatismo que provocabais?
Jajajaj, ni idea. Me alegro que acertases porque en esos tiempos la respuesta no era nada obvia.
-Vosotros vivisteis intensamente los años 80 (y espero que recordéis), ¿no pensáis que el revival de los 80 ya está durando demasiado? Quiero decir, está muy bien que Strangerthings ponga de moda a Kate Bush pero ¿no se ha hecho música interesante después?
Los 80/90 de ahora son como los 60/70 de antes. Yo recuerdo, con veinte años, cuando la gente, al hablar de grupos nuevos como Echo and the Bunnymen, Joy division o Bauhaus les rebajaba el valor considerándolos actualizaciones de los Doors, la Velvet o Bowie.
La cuestión no es de estilos y revivals musicales. Ni siquiera es la melancolía del envejecimiento y la nostalgia de la juventud, que también. La cosa que se echa de menos en ese revival es una cierta experiencia de la música que tiene que ver con la manera de acceder a la cultura musical propia de aquella época. Eso es lo que se ha perdido y lo que, más o menos inconscientemente, echamos en falta.
-Se os podría considerar un grupo de culto, ¿os sentís cómodo con esa etiqueta?
Si ser un grupo de culto significa que gustamos mucho muchísimo a unos pocos poquísimos, que además nos defienden navaja en mano, sí, somos un grupo de culto.
Y, como buen grupo de culto, no nos sentimos cómodos con ninguna etiqueta. Las despreciamos, jajaja.
-Me parece muy interesante y enigmático el trabajo de Marta Martínez para el diseño del disco. Pero…con las plataformas digitales ¿el formato físico ha quedado ya solamente para fetichistas?
Comprar un disco en formato físico es la única manera de trasladar a un grupo el mensaje de que prefieres que siga existiendo. Fetichismo es más bien acumular discos duros de canciones descargadas que nunca escucharás. Pero, bien, entiendo la pregunta y, sí, hay algo de eso, aunque creemos que el fetichismo se ha trasladado a conciertos y festivales a los que la gente va cascar y a colgar después en las redes sociales que han estado, sin que parezca interesarles demasiado lo que ocurre en el escenario. Simplemente decir; “estuve allí” y poner una x en algún lado.
– ¿Cómo surgen vuestras canciones? ¿Hay alguna forma de trabajo estandarizada?
Empiezan con la música. Casi siempre, fruto de un instintivo entendimiento entre la guitarra y el bajo, a aprtir del momento en que encuentran la complicidad de la batería. El 99 % de los temas surgen así, en el local de ensayo, fruto de improvisaciones o ideas sueltas que vamos dejando caer en el momento apropiado. Toño apoya con melodías de voz y, sólo al final, viene la letra. Entre tanto, nos vamos interrumpiendo para grabar con el móvil las cosas que no queremos olvidar. ¿Antes de los móviles? Tirábamos de cassete y perdíamos por el camino muchas ideas.
– He visto fans (y no adolescentes precisamente) llorando como niños en vuestros conciertos. Cuando componéis una canción, ¿pensáis en el impacto que vuestra música puede tener en el público?
No tan al detalle. Te imaginas un público, mezcla del habitual y del potencial, y piensas “Esto les va a gustar” o “uff, esto, a lo mejor, no encaja fácil”. Pero, en realidad no compones “para” un público sino “según” un criterio: si nos parece bueno a nosotros, adelante.
-Si tuvierais que elegir la canción de vuestra discografía que os representa, ¿cuál diríais?
Ahora mismo nos representa Detente Bala, el amuleto que desvía lejos de nuestros cuerpos y de nuestras mentes, valga la redundancia, la inevitabilidad del final.
– ¿Cuáles son vuestras películas favoritas sobre el mundo de la música? (Venga, os cuento la mía: El Fantasma del Paraíso (PhantomoftheParadise, 1974) de Brian De Palma).
24 hour party people (Michael Winterbottom, 2002)
-Si quieres añadir algo, éste es el momento…
Nada, muchas gracias por la entrevista.
-Gracias a vosotros. Nos vemos en los directos.
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