En 1977 ya coleccionaba discos, y tenía mi pequeña pero selecta selección en mi cuarto. Sticky Fingers se codeaba con el Trespass de Genesis. Mi madre solía traerme discos y comics. Un día, vino con un disco con una portada alucinante que hizo volar mi imaginación, lo mejor de todo es que lo que contenían sus surcos también ayudó a que mi mente se expandiera aún más. Aquel disco se titulaba “Point of Know Return” y contenía una cantidad de temas que se me quedaron en mi adn.
Por aquel entonces, sin internet, era difícil tener información sobre la banda, pero a medida que me hice con sus discos, aquel rollo que mezclaba parafernalia de los indios norte americanos y una música que mezclaba rock progresivo, AOR y hard rok por partes iguales, se me antojaba como la música perfecta para poner en mi walkman mientras me deslizaba sobre el asfalto.
Robert Eugene Steinhardt era el que más me gustaba, sus partes de violín eran para mí lo más épico y ensoñador de Kansas. No era el líder, era el violinista y co-vocalista junto con el teclista Steve Walsh, pero para mí era el que destacaba, y eso que también estaba Kerry Livgren que no era manco con las seis cuerdas.
Cuando muchos años después, pude verlos en directo y en primera fila, me puse justo delante de Robert. Aquellas dos horas fueron un sueño de crío que se hizo realidad. Hoy hemos sabido de su perdida, Steinhardt falleció el 17 de julio de 2021 a los 71 años a causa de complicaciones de una pancreatitis aguda. En el momento de su muerte, se encontraba trabajando en un álbum solista que esperemos vea la luz a título póstumo.
Lo primero que me vino a la mente cuando vi la información sobre su desaparición fue aquel doble disco en directo “Two for the Show” que hacía rugir cada tarde en mi equipo, mientras cogía una raqueta en forma de violín, mientras me dejaba llevar por la música de Kansas. Su violín y su voz en “Dust in the Wind”, “Point of No Return” y “Carry on Wayward Son” lo hacen eterno sobre la faz de la tierra.
0 comentarios