Los montajes de Yllana siempre son una demostración de cómo conseguir el humor más inteligente y divertido utilizando las mínimas palabras, basándose en el «gag» inmediato y visual usado, sobre todo, en el cine mudo, técnica que en teatro suele ser antológica y nos lleva a parte de los mejores momentos del siglo XX, como en Mihura o Jardiel Poncela.
La última ocasión que disfrutamos de Yllana fue hace unos años en el Alfil de Madrid con un homenaje a los más celebrados «sketches» de los Monty Python pero este «The Ópera Locos» va un paso más allá pues el «bel canto» no recuerdo que haya sido mezclado con el mundo del circo y de los «clown», uniendo dos estilos que «a priori» parecen antagónicos. Lo culto y lo popular. Y del arriesgado envite salen más que airosos pues durante la casi hora y media del espectáculo nos harán soñar, reir y no nos puede extrañar que en este 2019 se hayan alzado con el Max al mejor musical.
La obra gira en torno a tres ejes, el de la rivalidad de las divas y dos historias de amor, una entre un tenor alcoholizado y que está perdiendo la voz y una joven y entusiasta soprano y otra entre un rudo barítono y un afeminado contratenor. Todo bien hilado, con buenos números entrelazados, con participación del público que, por cierto, llenaba las gradas del coqueto patio porticado del Colegio San Luis Gonzaga, donde desde hace bastantes años se celebra el Festival de Comedias de El Puerto de Santa María, que en este 2019 cumple sus XXVIII edición.
Voz en directo con grandes arias de la ópera, pudiendo escuchar momentos de Nabucco, Carmen, Rodelinda, Madame Butterfly, La Boheme, I Pagliacci, Lakmé, Los cuentos de Hoffmann, Samson y Dalila, La flauta mágica o Turandot con cinco intérpretes en estado de gracia, tanto a nivel vocal como escénico, donde a pesar del buen hacer de Toni Comas, Enrique Sánchez, Mayca Teba y Juan Carlos Coronel, emerge la figura de María Rey Joly, una soprano dotada con una voz preciosa y un sensacional «vibrato» además de unas dotes interpretativas maravillosas. De hecho, recuerdo haber disfrutado su arte varias veces en el Teatro Real de Madrid o en el de la Zarzuela de la misma ciudad, con aquel célebre «Los sobrinos del Capitán Grant», dirigido por Paco Mir de Tricicle y con Millán Salcedo en el reparto. Uno de esos nombres que mejoran una producción de envergadura como este «The Ópera Locos», que sin necesidad de un gran aparataje (el escenario simula una pista de circo con un cortinaje detrás como en «el mayor espectáculo del mundo y dos luces de camerino en las esquinas) consigue muchos y distintos escenarios y que pasemos un gratísimo tiempo, sonriamos (y en algún momento consigamos la carcajada), nos emocionemos al escuchar algunos de los temas más conocidos de la ópera y valoremos en su justa medida un espectáculo a un altísimo nivel, tanto delante como detrás del escenario. Recomendable a toda persona con un mínimo de sensibilidad artística y que nos devuelve (por lo menos al abajo firmante) a una debilidad personal como es María Rey Joly.
0 comentarios