Mi compañero David Galeote entrevistaba hace poco a la banda de folk metal Celtia, entrevista que podéis escuchar en nuestro canal de Ivoox. Su metal sinfónico con influencias celtas se ve reflejado en el disco «En tierra de hadas». Aunque son una banda nueva, la experiencia corre por las venas del grupo formado por Diego Palacio, ex flautista de Mago de Oz y con la sombra de Txus Di Fellatio como productor. La voz de Xana Lavey con texturas muy cercanas al pop les da ese toque que los separé de caer en un sonido similar a otras bandas de folk metal o incluso a tender comparaciones con Mago de Oz que si es cierto que se pueden encontrar musicalmente aunque la propuesta de Celtian sea incluso más accesible para el gran público que la de estos. Y es que a diferencia de otros grupos donde la etiqueta celta parece casi impuesta o ajustada con un calzador en el caso de Celtia fluye con naturalidad y es una banda que podría entrar no solo en el gusto de fans de gente como Saurom o Within Temptation, también entre aquellos que disfrutan de Luar na Lubre o incluso del oyente del pop que difruta con Hevia o Carlos Nuñez.
Pero ojo, que mis palabras no confundan, porque si bien es cierto que el mensaje musical de Celtian es apto para todos los públicos eso no implica ni mucho menos que esté falto de calidad, más bien todo lo contrario. Canciones perfectamente ejecutadas en las que brillan los arreglos musicales así como su riqueza y que el punto final lo pone la suave voz de Xana Lavey. No se como funcionarán en directo ya que no es fácil trasladar esta propuesta a los escenarios porque se nota la importancia de la producción en el estudio. ¿Dónde está el metal?, seguro que os estáis preguntando más de uno leyendo mi reseña y lo que incide una y otra vez en la faceta celta de la banda. Pero tranquilos, ahí aparecen las guitarras poniendo orden, como parte de un todo, eso si, no como protagonistas absolutos de la manera en que estamos acostumbrados. Buen trabajo, quizás no apto para el fan más tradicional del heavy metal pero que seguro que aquellos que abrazaron como fe el metal sinfónico y otras propuestas que explotaron en el Siglo XXI deberían acoger sin reservas.
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