6 años después de publicar “Moteros tranquilos, toros salvajes”, el periodista y escritor Peter Biskind aborda el cine independiente desde finales de la década de los 80, tras la revolución creada en los 60 y la ruptura con el cine clásico y el mandato de los grandes estudios que analizaba en su anterior obra.

Biskind se centra en 2 personajes que, en principio, lideraron el boom del cine independiente, aunque con formas y métodos muy distintos. Por un lado la creación del Sundance Festival que, bajo el auspicio y liderazgo de Robert Redford, convirtió al U.S. Film Festival celebrado en el estado de Utah en el referente absoluto del cine independiente.

Por otro lado afronta la complicada labor de intentar explicar y comprender el trabajo que los hermanos Weinstein, especialmente Harvey, supusieron para entender lo que el cine significa hoy en día. Desde sus inicios como camorristas promotores de conciertos hasta la creación y éxito de Miramax Film Corp., con todas las tribulaciones y disputas que les llevaron a lo más alto.

Basándose en multitud de entrevistas personales y declaraciones de los personajes protagonistas, Biskind intenta contar y analizar el auge determinado tipo de cine, fuera de los circuitos de los grandes estudios. La aparición de multitud de directores y actores que actualmente son mundialmente conocidos, pero que empezaron desde la visión más desconocida e independiente del cine norteamericano.

Si empezamos por la creación del Sundance Festival, cuyo nombre hereda del personaje de Sundance Kid que Redford vistió para la película “2 hombres y un destino”, vemos los intentos, dificultades y constantes dudas que han surgido desde las frías calles de Park City. La presencia y voluntad de controlarlo todo de Robert Redford ha dado bandazos sin parar a la vida del festival desde sus inicios. Muchos directivos y encargados de las distintas secciones del evento, la aparición de creadores muy respetados hoy en día o la controvertida mirada del propio Redford por la indecisión y constantes dudas al respecto.

Directores de la talla de Steven Soderbergh, Quentin Tarantino, Robert Rodríguez, Todd Solonz, Alexander Payne, James Mangold, Tom DiCillo, Kevin Smith, David O. Russell o Bryan Singer han pasado por sus salas y, desde ahí, han construido sus carreras y han pasado a formar parte importante de la historia del cine.

Películas como “Sexo, mentiras y cintas de video”, “El mariachi”, “Reservoir dogs”, “Bienvenido a la casa de muñecas”, “Vivir rodando” o “Clerks” elevaron a sus directores desde el Sundance Festival y el desconocimiento más absoluto a tener un futuro y una larga vida entre las mentiras y traiciones que rodean a los productos que rodean a todo lo que tiene que ver con el séptimo arte.

Hoy en día, el Sundance Festival está considerado como el más importante del mundo dedicado al cine independiente y referente mundial, aunque muchos opinan que eso de “independiente” significa solamente que no son producciones auspiciadas por los grandes estudios.

Si entramos en los dominios de Harvey y Bob Weinstein, los métodos son distintos. La violencia y extrema agresividad de su metodología les ha generado tantas filias como fobias, tantos éxitos como fracasos, tantos odios como reconocimientos. La irrupción del cine europeo en Estados Unidos, con éxitos como “Cinema Paradiso” o “La vida es bella”, o del cine más alejado de lo comercial como “Kids” o “Clerks” pasaban por sus manos.

El éxito de “Pulp Fiction” o “El indomable Will Hunting” convirtió a Quentin Tarantino, Matt Damon o Ben Affleck en estrellas y esa doble personalidad de Harvey, capaz de insultarte y amenazarte a la cara para posteriormente pedirte disculpas y enviarte un ramo de flores, era lo más cercano a un clan mafioso desde las entrañas de Tribeca (NYC).

Los entresijos para las nominaciones y premios, la desviación del negocio hacia sagas comerciales y la pérdida del arte cinematográfico a favor del negocio, van dando las claves de la evolución del que fue el arte definitivo en el siglo XX. Voces destacadas como Ethan Hawke, Lawrence Bender, Ethan Coen, Larry Estes, Todd Haynes, Ted Hope, Richard Linklater o Jeffrey Katzenberg van recorriendo todos esos años de evolución hacia lo que vemos hoy en día en las pantallas.

Los premios logrados por “Shakespeare in love” o “La vida es bella” o los fracasos de “Gangs of New York” o “El aviador”, así como los constantes trucos de magia que convertían los beneficios de una película en pérdidas de la empresa, la disputa constante entre Bob, con éxitos de taquilla rotundas desde su filial de Dimension Films (Scream, Scary Movie, Spy Kids…), y Harvey desde su poltrona en Miramax más centrada en los premios y la exposición continua.

En resumen, vemos un detallado viaje por los años que Biskind nos propone, con multitud de voces de primera mano y análisis críticos de aspectos ajenos al gran público. Una segunda pieza del puzle que debe cumplimentar lo relatado en “Moteros tranquilos, toros salvajes”.

by: Eduardo Garrido

by: Eduardo Garrido

Roquero, cinéfilo, lector empedernido que estudió Derecho para trabajar en una biblioteca y disponer de pelis, discos y libros a mano

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