Vince Furnier, es decir Alice Cooper es un grande por derecho propio más allá del reconocimiento general (que lo tiene sobrado) porque además es uno de esos supervivientes que ha sido capaz de mutar con el paso del tiempo para adaptar su sonido a lo que las corrientes traían en ese momento, sin perder su personalidad y además facturando grandes trabajos. Desde su rock inicial de los setenta, al heavy metal y hard rock en los 80, sonidos industriales… todo aquello que estaba en boga, que se presentaba como nueva alternativa a lo establecido, como nueva puesta en marcha, era adoptada por el de Detroit para no perder comba. Nadie puede poner en duda el valor de sus discos con la Alice Cooper Band, sus grandes clásicos de la década de los 70, pero es que personalmente, yo me declaro fan de discos como «Raise your fist and yell» o «Dragontown».
Así que su disco número 27, algo que se dice pronto pero que a ver quien es el guapo que aguanta el nivel de Alice Cooper siempre levanta expectativas, y reconozco que en mi, muchísimas, porque hace ya muchísimo (tengo que confesarlo, escuchar sus canciones en Viernes 13, ya me convirtió a su fe para siempre) que soy uno de sus fans irredentos. ¿Que esperar de este «Paranormal»?. Pues aunque la fórmula de sus últimos lanzamientos le estaba funcionando de maravilla, Alice es mucho Alice, y cualquier cosa (o casi) podría ser bienvenida. Para este doble disco, además de su inseparable Bob Ezrin, nos encontramos con las colaboraciones de Billy Gibbons (ZZ Top), Roger Glover (Deep Purple) y Larry Mullen Jr. (U2).
Comienza el disco con la melódica canción que da nombre al disco, con un Alice Cooper es un estado fenomenal y una música fantástica que va ganando con cada escucha, atrapándote cada matiz y conduciéndote a un final espectacular. «Dead flies» suena hard rockera, clásica, con un riff enorme y una progresión que engancha. «Fireball» (no, aunque Glover ande por el disco, no es la de Purple), cuenta con efectos de voz para Alice Cooper y un riff muy potente y actual. «Paranoiac personality» nos hace viajar a los inicios de aquel shock rock que impulsó Alice Cooper, un bajo preponderante, sonidos añejos. Riff enorme de Gibbons en «Fallen in love» y esa forma de cantar tan característica de Alice que nos dejan un grandísimo tema de hard rock. «Dymanite road» suena teatral, hard rock con influencias country, una guitarra que arde.
«Private public breakdown» derrocha potencia, fuerza, contundencia a raudales. «Holy water» podría ser un nuevo «School’s out», tiene ese marchamo de clásico, de canción made in Alice Cooper. «Rats» es puro hard rock acelerado, rápido, directo a la yugular. Llega un baladón llamado «The sound of A». Para finalizar, dos canciones nuevas grabadas con la Alice Cooper Band para ponernos los dientes largos y “Genuine American Girl” y“You And All of Your Friends”
El segundo disco es gloria para el paladar. unos cuantos clásicos en directo. Abre fuego «No more Mr. Nice Guy» que da paso a «Under my wheels», «Billion dollar babies», «Only woman bleed», «Feed my Frankenstein» y «Schools out». Un muy buen disco que de momento no se cuela entre mis favoritos de él, pero recalco de momento, porque mimbres tiene para terminar siendo otro gran disco a recordar.
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