Hace exactamente cuarenta años, en un 28 de Marzo de 1973, Led Zeppelin publicaban su quinto disco y Houses Of The Holy veía la luz. Un disco que contaba con el hándicap de ser el sucesor del anterior disco que había encumbrado el grupo a lo más alto del Olimpo de Rock, y situado al grupo en una difícil disyuntiva de que camino tirar a partir de ese momento ya que el grupo con sus cuatro anteriores discos prácticamente ya había explorado todos los terrenos que en un principio parecían abonados al talento de Page & cia, y de la misma manera que Stanley Kubrick hiciese a lo largo de su carrera como director de cine al empeñarse en hacer la mejor película dentro de cada genero, Led Zeppelin habían conseguido algo parecido dentro de los diversos ámbitos musicales por los que había transitado hasta el momento, y ahí, para la posterioridad quedaban monumentales obras maestras como Stairway To Heaven, When The Levee Breaks, Whole Lotta Love, Since I’ ve Been Loving You, Going To California, Thank You, Dazed and Confused, Heartbreaker, Tangerine, Black Dog.
Sí, el blues, el rock más clasicismo, el hard rock, baladas… habían pasado por esa trituradora creada por Page, Plant, Jones & Bonzo capaz de convertir en grandes hits todo lo que pasaba por sus manos, pero ahora, tras el camino recorrido desde el I al IV, tocaba reinventarse, y aquí es cuando se sacan de la manga este disco que consigue seguir la estela de sus antecesores y que demuestra, una vez más, que una de las grandes bazas del grupo es su versatilidad, y si bien en un par de momentos se acercan demasiado peligrosamente a esa línea roja imaginaria que marca la frontera de lo que nunca se debe traspasar, el resto es una muestra de que el talento creativo del grupo sigue intacto y que todavía, como así fue, ya que lo más grande todavía estaba por llegar, se podía esperar mucho de la banda más grande que ha transitado por el Planeta Tierra.
Houses Of The Holy, tal como gustaba al grupo, tiene un inicio absolutamente demoledor con tres temas encadenados que, es de obligado cumplimiento, que se encuentren en cualquier lista sobre lo mejor de Led Zeppelin.
The Song Remains The Same es la encargada de abrir el disco y demostrar porque Jimmy Page está considerado como uno de los tres mejores guitarristas de la historia, ya que a lo largo casi seis minutos, tal como sucedería años más tarde en Achilles Last Stand, se encarga de abrir y cerrar pasajes laberínticos por los que, como si de Jack Nicholson en El Resplandor se tratase, el oyente acaba sucumbiendo ,y solo es capaz de salir indemne cuando la benevolencia se apodera de Pagey y este decide volver a ser un simple mortal.
Y cuando consigues salir del laberinto creado por Pagey, ahí fuera te espera Plant para cogerte de la mano y hacerte viajar hacía el horizonte, en un viaje, exactamente igual que sucedía con Stairway To Heaven, sin retorno donde las gotas de lluvia van a ser encargadas de purificar tu alma, aunque estando presente la guitarra de Pagey por en medio, nunca sabrás de que manera acabará siendo purificada, ya que, tal como sucediera en el mencionado tema anterior, demasiadas son las veces que Pagey suena como si no perteneciese a este mundo. Lo de The Rain Song no puede explicarse; simplemente hay que cerrar los ojos y dejar que te transporte a donde sea que Page & Plant tengan planeado.
Over The Hills And Far Away, tercer tema que compone este demoledor inicio del disco, es otro viaje made in Led Zeppelin, en el que, tras un monumental inicio marcado por la acústica de Pagey, todo estalla en mil pedazos cuando Bonzo y Jones deciden demostrar que la mayoría de sendas que nos proponga el grupo nunca va a ser sencilla de transitar, y que tras la calma siempre viene la tempestad, aunque si todas las borrascas han de llegar de ese modo, siempre serán bienvenidas. Sí, con este OTHAFA estamos ante otro de los momentos grandiosos del grupo en el que a lo largo de casi cinco minutos todas las virtudes del grupo se resumen en una sola canción. Simplemente imprescindible.
Y llegados a este punto, en el que prácticamente las diversas críticas parecen coincidir en mayor o menor grado, entramos en tres canciones encadenadas que a lo largo de los años han tenido más controversia, y sí, el que aquí escribe coincide que el grupo de podía haber ahorrado tranquilamente el D’yer Mak’er, aunque viendo la cantidad de cover’s que a lo largo de los años han ido saliendo de la canción, pues igual resulta que fue un buen acercamiento a oídos menos exigentes.
Más o menos igual ocurre con The Crunge, el segundo tema con el que el grupo se acerca demasiado peligrosamente a la línea roja divisoria y que tampoco merece más atención, cosa que no ocurre con Dancing Days, ya que, si bien su acercamiento al pop es evidente, el riff creado por Page y que se mantiene prácticamente constante a lo largo de toda la canción, tiene su gracia y se deja escuchar sin problemas mientras Plant demuestra que en los setenta podía con todo y que junto a Mercury eran los más grandes.
Y llegamos a otro de los momentos cumbres del disco donde el grupo hace estallar todo por los aires y entra sin tapujos, adelantando lo que más tarde sería Kashmir, en el Rock Sinfónico con un Jones que, con su aterradora y oscura entrada, se encarga de demostrar, una vez más que es un músico de un talento muy superior a la media; la atmósfera que él solito consigue crear se encuentra a la misma altura que la de los grandes genios del teclado, Rick Wakeman incluido. Una atmósfera en la que Pagey aprovecha para oscurecerla y hacer todavía más abstracta con unos riffs y un solo que consigue situar este No Quarter como uno de los grandes momentos de la historia de Led Zeppelin. Sin duda estamos ante otra monumental obra maestra… y van…
Y ya solo queda The Ocean para cerrar el disco, un tema que, tras los siete minutos de No Quarter, queda empequeñecida ya que la sombra y la oscuridad proyectada por Jones y Pagey es demasiada contundente para que, por mucho que Plant intente que vuelva a salir el Sol.
Houses Of The Holy es una monumental obra maestra de un grupo en estado de gracia
Las mejores canciones del disco:
1.- No Quarter
2.- Over The Hills And Far Away
3.- The Song Remains The Same
4.- The Rain Song
5.- Dancing Days
6.- The Ocean
7.- The Crunge
8.- D’yer Mak’er
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Incluso viendo que la segunda mitad del disco es inferior, una joya de principio a fin. Y otra más…
Un saludo