Momento ideal para volver a traerme a una de las ‘apisonadoras’ más grandiosas que ha parido el desierto, sí, señoras y señores, ha llegado el momento de expandir el ‘calor sónico’ de los angelinos Sasquatch, pues hace poco más de medio año nos han puesto en el plato su sexto álbum de estudio titulado Fever Fantasy (2022). Había muchas ganas de Sasquatch desde su ya lejano Maneuvers de 2017 así que, desde esta ‘intro’ ya os advierto, sólo tienes que ‘saltar’, sentir la energía/poder y yo mismo te explicaré los porqués… JUMP!!!
‘Encuéntralos más allá de la Bahía’…
Provenientes de ‘Philly’ y formados en el año 2000 por Keith Gibbs (guitar, vocals, Spaguetti Sauce…), Rick Ferrante (drums) y Clayton Charles (bass), no tardan en mudarse a tierras más áridas e inspiradoras, ni más ni menos que a L.A., buscando fortuna y gloria desérticas sacando en 2004 su primera andanada sónica titulada I (2004), al que luego le seguirá II (2006) entrando en 2007 Jason Casanova (bass, paperwork…) por Clayton, III (2010) y IV (2013). En 2016 es Ferrante el que lo deja entrando Craig Riggs (drums, harmonies & coffee beans) y cerrando la formación definitiva que conformó Maneuvers (2017) y que se mantiene hasta el día de hoy con este Fever Fantasy (2022). Han sido cinco años, pero, os lo aseguro, la espera ha merecido más que la pena.
Pasando al disco, volver a escuchar esas líneas de bajo sinuosas en combinación con la afinación ‘stoner’ grave típica de la guitarra de Keith me han puesto siempre muchísimo, pero lo que más me gusta de esta banda es lo bien que sabe fundir el sonido desértico con el sonido 90’s teniendo en mente bandas como Soundgarden, Corrosion Of Conformity o Spiritual Beggars, además de tener sus momentos más ácidos y ‘jammys’ en donde se puede apreciar su amor por Hendrix, Grand Funk Railroad o Mountain. En los 9 cortes de que se compone el trabajo vas a sentir al Dios Cornell en muchos momentos, pero yo me quedo especialmente con dos, «Witch» e «Ivy», más lisérgico y flotante, que se debaten claramente entre el Louder Than Love y el Badmotorfinger de los de Seattle. Tormentas desérticas las hay y muy virulentas y ahí están los iniciales «It Lies Beyond The Bay», «Live Snakes» o «Save The Day, Ruin The Night». No nos olvidemos de la faceta setentera porque aquí tenemos el espíritu de Grand Funk y Deep Purple en «Voyager», sonido 90’s Stoner grunge en «Part of Not Knowing» y aquel poder que nos voló la cabeza de los Spiritual Beggars de Ad Astra (2000) en el corte final, «Cyclops», con ese hammond echando llamaradas. Los californianos lo han vuelto a hacer y ellos son de los pocos privilegiados que tienen el poder de subir las gélidas temperaturas que tenemos estos días…
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