Como ella misma se ha encargado de airear, 30 es el disco post divorcio de Adele. Reconozco que 21 y 25 se decepcionaron y aburrieron a partes iguales. Una pena, con lo que me gustó 19… En pleno 2021, con Adele convertida en mega estrella, que nadie espere grandes cambios en 30 pero sí un avance hacia otros estilos. Al menos, no se ha pasado al reggaetón ni hay duetos con el pesado de Ed Sheeran.
Para mi sorpresa, me gusta ese preludio que es Strangers by nature, no es la Adele a la que nos tenía acostumbrados, suena distinta, más aguda y retro, como un anuncio navideño de los años 40. No está nada mal. El problema viene con Easy on me, la típica balada con piano de Adele y que fue el decepcionante single de adelanto. No puedo decir que sea una mala canción ni que no esté perfectamente ejecutada, pero le falta alma y no me transmite nada. Podría haber estado en 25 perfectamente. El primer single ha sido una jugada sobre seguro, nada de riesgo, que vienen las navidades y hay que vender. Por suerte, no todo el LP es así de predecible.
En My Little love la voz de Adele se sumerge en el soul británico pero solo hasta los tobillos. El espíritu de Marvin Gaye asoma por el disco y se ajusta como un guante a la voz de la londinense. Sinceramente, esas conversaciones con su hija me sobran. Todos esos speech sobre paranoias y soledad arruinan un tema más que correcto. El problema es que nos vamos a los 6 minutos y medio. Tercer corte y ya me aburro.
Cry your heart out es otra píldora de agradable british soul con toques reggae envuelto en caros arreglos. Si no fuera por la voz de Adele…podría ser un tema de Amy Winehouse. Oh my God, parece que la cosa se mueve gracias al trabajo de Max Martin (un tipo de lo más peligroso), pero si hasta hay autotune. Al menos es un tema agradable que se aleja de la típica baladita al piano y acerca el sonido de Adele a las nuevas generaciones., bien. También me resulta refrescante Can I Get it, el otro tema con Max Martin, empieza como una baladita con base de guitarra acústica para ir creciendo hacia un buen pop bailable. Lo que se echaba de menos en 25. Buenos arreglos para otro tema que sorprende.
I drink wine, otra agradable balada sobre la imposibilidad de ser feliz bajo el constante escrutinio de los demás. Gran interpretación de Adele que se ve lastrada al irse hasta los 6 minutos otra vez gracias a su innecesario speech final. All Night Parking, más soul británico de reminiscencias añejas a base de piano y vientos, es un corte interesante que evidencia que a Adele tampoco se le resiste el R&B. Otra buena canción es Woman like me, todo muy suave y delicado para soltar unas cuantas perlas envenenadas a su ex. Hold on, es otro ejemplo de balada al piano made in Adele. Nada malo se puede decir de ella, pero tampoco nada interesante más allá de los coros góspel. Y es que estamos llegando al final del disco y toca ponerse densa con las baladas al piano.
Vamos con la joya de la corona. El pausado inicio de To be Loved me deja indiferente, lo siento. Por suerte cuando entra en escena la prodigiosa voz de Adele el tema adquiere una intensidad fuera de rango. Vamos, que te pone los pelos de punta cuando casi se rompe la voz. To be loved es el típico tema de Adele pero elevado a la enésima potencia. No sé si es su mejor canción hasta la fecha pero sí la más descarnada. Supongo que triunfará mucho en los concursos de talentos.
Para finalizar se ha guardado Love is a game, más soul tipo The Supremes para la diva. Adele lo ha pasado mal pero parece renacer de sus cenizas con estos aires retro que cierran este 30 con un cierto toque de optimismo. Desde luego, 30 me ha aburrido menos que sus antecesores y abre nuevos caminos sonoros para Adele aunque quizás de demasiado tímidamente. Algo es algo.
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