Hace un año, chispa arriba chispa abajo, que nos bombardearon por todos los medios por los que uno se informa sobre música con el retorno de Jethro Tull, con la dolorosísima ausencia de Martin Barre, tras casi dos décadas de silencio discográfico con The zealot gene. Para terminar rápido con el asunto a mí no me gustó ese disco, tiene sus cosas pero en general es un no. Por ese bombardeo y el escaso lapso transcurrido desde entonces cuando mi servicio de música en streaming de uso cotidiano, diré cual es cuando en lugar de cobrarme me paguen por hacerles publicidad, me recomendó este RökFlöte (¡que bien me conoce el jodío algoritmo!, todo hay que decirlo) lo primero que pensé es que era un nuevo recopilatorio y pasé del tema. Por el título podría serlo y después de la brasa con el disco anterior que sacaran otro tan pronto y sin campanadas, o al menos sin que yo las hubiese escuchado, se me hacía rato. ¡Error! Jethro Tull están de vuelta otra vez y, ahora sí, con un disco digno de lo que para mí es la banda.
Claro que el señor Ian Anderson gasta ya 75 castañas, que se dice rápido, con lo que el tono general del disco es suave, le falta algo de la fuerza y la garra que gastaba antaño cuando tenía un puñado de décadas menos machacando sus espaldas, es comprensible, no es el único al que le pasa. Sin embargo esta dulcificación del sonido, promovida además por las nuevas producciones que transforman la música en sintonías para el ascensor, se ve suplida, con creces, por el buen hacer en las composiciones y por una banda que le acompaña haya donde quiera ir con eficiencia y precisión. Adoro a Martin Barre, pero la guitarra de Florian Opahle no tiene nada que envidiarle. En conjunto el resultado, en cuanto a ejecución instrumental, es exquisito. El trato de las melodías está cuidado al milímetro y, sí, la flauta tiene un papel protagonista especialmente notable en este disco. Ya sé que es marca de la casa en Jethro Tull, pero aquí parece tener incluso más presencia y ser la guía de todo cuanto acontece.
En sus doce canciones Ian Anderson nos ofrece todos los elementos y matices que a lo largo de las décadas han hecho de la música de Jethro Tull algo especial. De siempre me ha fascinado el carácter narrativo de las canciones de la banda, particularidad esta que sigue bien presente aquí y que adornan con todo tipo de momentos sonoros de los más épicos a suaves pasajes misteriosos en los que entrar de puntillas, pasando por los inevitables ambientes de folk de reminiscencias celtas y otros de corte más rockero donde la guitarra cargada de distorsión manda. Al disco no le falta un perejil. En cuanto a los temas estos también se presentan equilibrados y hay unos cuantos que son bastante potentes. Ginnungagap, Hammer to hammer, Wolf Unchained y The Navigators ya se quedan conmigo, en mi memoria musical, para siempre, lo que no quita para que los demás también estén muy bien, es solo por destacar algunos que sobresalen a mis humildes orejas de flan de toda la vida (la mía, ellos ya estaban dale que te pego antes de nacer yo).
Resumiendo, el discazo sorpresa que se ha sacado el señor Anderson con sus Jethro Tull ha sido una alegría después del pequeño fiasco que me supuso su anterior obra. A nivel de composición e ideas musicales creo que este disco podría mirar cara a cara al Aqualung u otras vacas sagradas de la banda, inserte aquí cada quien su favorita que hay catálogo para elegir, sin tener que bajar los ojos. No esperaba un disco tan potente de ellos a estas alturas, ahora estoy deseando que el año que viene se casquen otra joyita como esta y que dure mil años la tendencia. A ver si tenemos suerte.
En vez de oírlo en streaming, cómpralo y en los créditos verás que no toca Florian Opahle, el guitarrista es otro, antes de escribir algo y que lo lea todo el mundo, digo yo que habrá que informarse
Compro bastante música y este es uno de los que caerán, pero es cierto que todavía no lo tengo. Estuve mirando la formación actual de Jethro Tull por Internet pero parece que no era una información fidedigna, error mío sin ninguna duda, gracias por avisar, lo corregiré.