El festival El Bosque Sonoro de la localidad zaragozana de Mozota cerró este domingo su segunda edición con éxito de público y de formato. Con todas las entradas vendidas para Iván Ferreiro, el gallego clausuró más de tres días de música y el reencuentro con la sensación que más se ha echado de menos: bailar. Y es que este festival, pionero en medidas covid para eventos culturales, ha creado los “nidos”, unos espacios delimitados para disfrutar de los conciertos de pie y bailando con tu grupo burbuja con total seguridad. Además, se ha conseguido el compromiso de reforestar 3.200 árboles a través de Tree-Nation, ya que con cada entrada se incluía la plantación de una semilla, a la espera de conocer también el total recaudado de las donaciones a través de la compra de merchandising y la fila cero.
Las más de 3.900 personas que han recorrido durante los tres días de programación el sendero que llega a El Bosque Sonoro confirman que este festival ha llegado para quedarse. Sus medidas para garantizar la distancia de seguridad, la app para pedir y pagar la bebida y comida que te lleva un camarero sin moverte del sitio, una gastronomía basada en productos naturales de pequeños productores y, sobre todo, un cartel incontestable que ha contado con iconos de la historia de la música indie como La Habitación Roja, Iván Ferreiro y Niños Mutantes, y una apuesta firme por las propuestas más interesantes de la actualidad como Iseo Dodosound y Viva Suecia, además de nombres locales como Irregular Roots y Samba da Praça.
Como si fuera la primera vez… así se han entregado durante estos tres días todos aquellos que han asistido este fin de semana a El Bosque Sonoro para reencontrarse con este espacio natural convertido en escenario de este proyecto que surgió el pasado septiembre, en plena pandemia, y que ya ha conseguido colarse en las listas de festivales imprescindibles para el verano. Pero, sin duda, esta segunda edición ha supuesto también el regreso a lo más parecido a la “vieja” normalidad, con público de pie y bailando, recuperando el tiempo perdido.
Además, antes y después de cada concierto, una selección de DJs ha dado la bienvenida al público, que en su gran mayoría ha venido en el autobús habilitado por la organización desde Zaragoza, incluido de manera gratuita en la entrada para así reducir el impacto medioambiental. Esta es una de las muchas medidas que este festival ha implantado para obtener la etiqueta “CeroCO2”, que reconoce que se ha calculado la huella de carbono y que se compromete a compensar las emisiones generadas durante el festival que no se hayan podido evitar.
Tras el éxito de esta segunda edición, El Bosque Sonoro iluminará de nuevo su sendero en septiembre, ya que estaba previsto que este ciclo comenzara este jueves con Novedades Carminha y Mediapunta, pero el concierto ha quedado aplazado al próximo sábado 11 de septiembre en la misma ubicación.
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