Chris Cornell ha fallecido este pasado miércoles tras un concierto de Soundgarden en Detroit. Su muerte ha sido repentina y totalmente inesperada. Hay quien habla de suicidio, la verdad es que los motivos poco importan ya. Con 52 años, se va probablemente el mejor cantante del Grunge y una de las mejores voces del rock de las últimas décadas. La voz de Cornell era capaz de transmitir rabia e introspección como muy pocos cantantes. Nacido en Seattle en 1964, Cornell formó Soundgarden en 1984 y creó en el proyecto Temple of the dog como homenaje a su amigo fallecido Andrew Wood, vocalista de Mothe Love bone. Dentro de Soundgarden Cornell facturó grandes discos que ayudaron a formar la escena Grunge de Seattle como Louder than love (1989), Badmotorfinger (1991), Down on the upside (1996) o su gran obra maestra Superunknown (1994). Realmente tal etiqueta sirvió para englobar a grupos muy distintos entre sí que únicamente tenían en común provenir de Seattle y practicar rock duro. Los ochenta se acababan y esa juventud amante de la guitarras pugnaba por encontrar su sitio a base de aunar sonidos heredados del heavy metal y actitud punk.
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Soundgarden fueron dentro del movimiento Grunge los que más evidenciaban la influencia de grupos de los 70 como Black Sabbath o Led Zeppelin. Los riffs pesados de Kim Thayil y la sofisticación de las melodías vocales de Cornell les apartaban de la ortodoxia grunge. Tampoco pasaban desapercibidas la maestría a la batería de Matt Cameron y el brutal bajo de Ben Shepperd. De hecho, Soundgarden fue la primera banda a la que las discográficas tentaron, antes que Nirvana o Pearl Jam. Si Kurt Cobain era el rebelde y Eddie Vedder el más concienciado socialemente, el guapo de Chris Cornell era el más sensible. La voz de Cornell dotaba de una especial sensibilidad a temas como Fell on black days, Rusty cage (hasta Johnny Cash hizo una versión), Spoonman, Burden in my hand, The day I tried tolive o Like suicide (mi canción favorita de Soundgarden). Su tema más conocido es esa joya que aunaba psicodelia y rock apocalíptico para una generación X amamantada por la MTV: Black hole sun. Un clásico que hasta fue llevado a su terreno swing por Paul Anka.
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Tras la disolución temporal de Soundgarden, Cornell emprendió una carrera en solitario con un puñado de discos y la búsqueda de nuevos sonidos por bandera. De su carrera en solitario me quedo con el LP Euphoria morning (1999). Incluso dio algún patinazo como Scream (2009), un desvarío de Rn’B de la mano del nefasto productor Timbaland. Pero ahí estaba su voz y su técnica vocal, sumando enteros a cualquier ritmo y melodía. También cantó el tema You know my name de la película que significaba el retorno de James Bond con una nueva cara y fuerzas renovadas: Casino Royale. Igualmente editó tres discos con el proyecto Audioslave junto a miembros de Rage Against The Machine. Realmente era Cornell el único que componía en el combo, por lo que la cosa no duró mucho pero sí dejó algún disco más que recomendable como Out of exile (2005). Tras 12 años de parón, Soundgarden se volvieron a juntar en 2010 editando un nuevo LP en 2012, el prescindible King animal. Su fallecimiento les ha pillado en plena gira. Con Chris Cornell se va una de las mejores voces del hard rock. Siempre nos quedarán sus discos.
Descansa en paz, compañero de tantas noches de mi adolescencia, cintas de vhs y viajes en coche. Gracias por los buenos ratos vividos.
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