Este país tiene una deuda con todas esas bandas que construyeron la historia del rock dentro de nuestras fronteras, y bien gorda por cierto. Son muchas las bandas que arriesgaron, pelearon contra corriente, para llevar el rock por bandera, desde diferentes rincones, enarbolando un sentimiento. Un rock que en la mayoría de los casos, no era solo la música, también las letras, un mensaje acorde a unos tiempos convulsos, unos días que algunos se enseñaban en decir que eran de vinos y rosas, pero que la realidad de las calles, los barrios, mostraban otra cara más amarga, menos agradable, y que salía a luz gracias a las canciones de muchas bandas de rock. Todas esas bandas merecen un reconocimiento ganado a pulso, con canciones que pertenecen a nuestra memoria, y cuyo mensaje, en estos días inciertos, se vuelve igual de actual que entonces. Una de esas bandas fundamentales es Topo. Formados en el 78, después de que José Luis Jimenez y Lele Laina abandonaran Asfalto tras lanzar el primer álbum de estos, y junto a Terry Barrios y Victor Ruíz, lanzando su primer disco, «Topo» en el 79, que contenía himnos inmortales del rock hispano como «Vallecas 1996″, «Mis amigos donde estarán» o «Autorretrato».
Topo sufrieron las historias de una discográfica como Chapa Discos, las miserias del rock de este país o a productores como Teddy Bautista, pero a pesar de ello, la calidad de la banda, dejó discos como «Pret a Porter«, «Marea Negra» y «Ciudad de músicos» y canciones como «Colores», «Los chicos están mal» o «Plaza vieja». Después de varios parones, y la reunión de nuevo de Laina y Jiménez, en 2010 recuperaron Topo y el próximo viernes 13 de enero, estarán tocando en Cádiz (aún recuerdo su paso por el Serie Z hace unos años), en la Sala El Pelícano, dejándonos su magia en directo. Podéis comprar las entradas en Ticketea por 10 euros y 12 en taquilla.
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