Pasamos ya la tercera jornada con la presencia de la mujer, retratada dentro de un mundo machista e intolerante, además de los conflictos que hay en la ciudad de Gaza. Destacando la presencia del film que , a no ser que me equivoque, cosa que no creo, está destinado a llevarse alguno de los premios gordos.
Nahid (2015) por Ida Panahandeh
Ida Panahandeh estrena su primer film en la Seminci, que llega precedido por las buenas críticas recibidas en el reciente Festival de Cannes y con el Premio Avenir bajo el brazo, y qué aquí, sin duda, se postula como uno de los grandes candidatos para llevarse la Espiga de Oro del certamen, y que, hasta el momento, para mí es la mejor película que podido visualizar estos días de festival.
Nahid es un film, que bien sería realizado por una buena trapecista, sin una red que amortigüe su caída. Una mujer que ha desafiado a una comunidad para retratar la figura actual a la que está sometida la mujer dentro de los países islámicos. La historia se centra en Irán, donde una mujer divorciada tendrá que convivir con un hijo que no la respeta, y con un ex marido que no sabe cerrar una etapa, junto con una persona nueva que quiere tenerla a toda costa como su mujer, formando un un círculo vicioso en la que queda atrapada.
La directora Ida sabe presentar a un personaje que huye de los tópicos melancólicos, y que pide en todo el momento un lugar dentro de una sociedad, que en vez d avanzar, estamos retrocediendo. Una vida que no se le sea regalada, dentro de un álbum, donde todas las fotos tienen sentido. Dejando un relato totalmente uniforme y perfecto.
Nota: 100.
Dégradé (2015) por Tarzan y Arab Nasser
Tarzan y Arab Nasser llegan a nuestras salas un film con una nueva visión sobre el conflicto que se está produciendo en Palestina; una ciudad sitiada por los israelíes, y con un gran problema de conflictos dentro de las familias palestinas que viven dentro de Gaza. El film no pretender caer en los excesos, y si contar el día a día de un pueblo que vive bajo la lluvia de las bombas, ya sean de Israel, como los problemas que tienen dentro de sus propias familias.
En la rueda de presa los directores apuntaron al film como un homenaje hacia la mujer, dejando su figura como un símbolo de lo que ocurre en Gaza. Dentro de una peluquería donde un cumulo de mujeres, socialmente hablando de lo más variopinto, solo llegan a coincidir en una cosa, el temor de que una bomba las mate. Entre ellas se mostrara varios conflictos debido a sus sentimientos religiosos, éticos o morales, a sus estatus de vida, y de su procedencia. Donde muestran al otro lado del escaparate a un león, como el símbolo de protección hacia las mujeres. A modo de anécdota, diré que el director del film desechó la idea que fuera una metáfora, sino algo muy real, lo que es la figura del león. Solo pongo un pero, ¿por qué una peluquería y no otro sitio?
Nota: 85.
À peinej’ouvre les yeux (2015) por Leyla Bouzid
Cuando abro los ojos es un símbolo a las personas que están despertando dentro de un estado dictatorial. Leyla Bouzid retrata este símbolo a través de una mujer que perdió hace mucho tiempo el espíritu de lucha, y la de su hija de 18 años, amante de la música revolucionaria, ante una sociedad que no entiende. Una situación de difíciles relaciones dentro de un régimen dictatorial. Una historia que se queda a medio camino, y al final ni conmueve ni emociona lo suficiente para llegar al notable.
Nota: 65.
Die abhandene welt (2015) por Margarethe Von Trotta
Poco voy a decir de este film. Sin duda la cinta más floja de todas las que han pasado, y más si la historia se centra dentro de mi amada New York, y posiblemente sea culpa mía por no haber entendido la fábula que nos quiere contar la directora. Yo, al final lo que acabo viendo son unos personajes nada creíbles dentro de una historia que no acaba de encajar por ningún lado y que se acaba convirtiendo en un revoltijo de difícil digestión . Para mí, una autentica lástima, aunque repito, posiblemente haya sido yo el que haya tenido un mal día.
Nota: 10.
3000: layla (2015) por Mai Masri
Por hoy cierro el día con un film muy emotivo, en el que la directora quiere rendir homenaje a las presas palestinas
que está dentro de las cárceles israelíes. 3000 noches es la historia de una cárcel, la de una presa que estará dentro de sus muros conviviendo entre palestinas y judías, las cuales se odian muerte, viendo como su calvario esta bombardeado por unas guardas, y una alcaide que se portara con las palestinas con una mano muy vil e inhumana. El film trae el interior de las cárceles, donde las mujeres están sometidas dentro de un cuartel que le faltara de todo para que tenga un mínimo de higiene. Demostrando que la unión de las presas es lo que realmente las ha hecho seguir en pie durante toda su condena.
Nota: 85.
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