Un poco de luz en el turbio asunto del que ayer hablábamos. Al batería de AC/DC, Phil Rudd, se le había arrestado por intentar contratar a un sicario para cometer dos asesinatos y por posesión de metanfetamina y marihuana, además de proferir amenazas de muerte.
Hoy sabemos que al físicamente desmejorado batería se le ha retirado el cargo más grave, el relacionado con la contratación de un sicario que le ha ensuciado la imagen hasta puntos incalculables, como bien recalca su abogado. Rudd, sin embargo, permanecerá en arresto domiciliario hasta el 27 de noviembre, cuando ha sido citado para comparecer ante los tribunales.
La banda, como ya comunicó ayer, sigue adelante. Total, si Malcolm se ha quedado atrás, no van a parar por su batería de toda la vida. En esta casa nos sentimos incómodos y decepcionados ante esta situación que no deja de retratar esta gira cómo lo que es, una oportunidad dorada de jubilación, sino que la convierte en algo de lo más bizarro. Cegados por la confianza que miles de casual fans generan, esos que compran a ciegas entradas para U2 o los Stones a precios desorbitados, huyen hacia delante de la integridad con la seguridad de embolsarse los bolsillos. Para lo que van quedando…
Fuente de la noticia y la fotografía: The New Zeland Herald
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