Tal como se comentaba en la anterior información, la referida al concierto del día 17 en la Sala Apolo de Barcelona, un total de cuatro son los conciertos que Anathema, de la mano de Madness Live, van a efectuar por estos lares, y si con el Setlist de Barcelona dábamos inicio a la tanda de informaciones sobre los diversos conciertos previstos, ahora, toca el turno para que, de primera mano, @Edgar_Corleone nos haga participes de las sensaciones vividas la pasada noche en la Sala Joy Eslava de Madrid:

De nuevo, me pierdo a unos teloneros de lujo. No disfruté de Astra. Culpa de las obligaciones laborales. No estamos como para quejas, así que mejor, agacho la cabeza, y me conformo con lo vivido, que no ha sido poco.

A las nueve menos cuarto de la noche, la madrileña sala Joy Eslava, ideal para un grupo como Anathema, estaba a rebosar. Me hice con un hueco desde el que disfrutar sin problemas, no sin antes pedir permiso a una veintena de personas, y como si me hubieran estado esperando, comienza a sonar “Untouchable Part I”. El nitidísimo arpegio abre el grifo de emociones de mi cerebro, la adrenalina se dispara, y se mezcla con efervescentes recuerdos no demasiado enterrados. Era fácil fundirse con la música, cuando el escenario está prácticamente a oscuras, el sonido es claro, los músicos son apasionados, y el juego de luces, que apuntaba a todas partes menos a los músicos, es precioso.

Empalman con la segunda parte, bajan revoluciones, y cuando ya tienen al público en el bolsillo, suena la voz de Lee Douglas. Los aplausos ensordecen, la sala hierve, y aquello acababa de empezar. Poco tiene que ver su sonido actual de estudio con el de sus inicios. Lo mismo ocurre en sus conciertos. Danny suena más a Gilmour que nunca, y junto con su hermano Vincent, consiguen un juego musical con efectos añadidos que para nada resulta gratuito. Una atmósfera inigualable, más viva de la que conseguimos escuchando “Weather Systems” con la luz apagada y buenos auriculares. Hacen que parezca fácil.

La guitarra de Vincent quedó prácticamente ausente durante todo el concierto, a volumen muy bajo. Puede que fuera intencionado, pero echamos de menos la pesadez de algunos riffes que tanta variedad aportan a su música. La pobre quedó ensombrecida hasta el final, a cambio de que la voz del propio Vincent deslumbrara casi tanto como la de Lee. Un duelo vocal de titanes en plena forma.

Han apostado, como era de esperar, por sus últimas creaciones. A las mencionadas, se añaden “Thin air”, “Dreaming light” y “Everything”. Juegos de voces exquisitos, guitarras acústicas, un piano comandado por Daniel Cardoso que cobra vida, y un Daniel Cavanagh paseando por el escenario y animando al público como nunca. Delicioso recital, perfecto para cerrar los ojos y no abrir la boca mientras no lo pidieran los músicos.

Rescataban algo de “Judgement”: “Deep”, para disfrute de la totalidad de la sala, en la que se echa en falta algo de guitarra, y “Emotional winter”, clavando los sonidos más peculiares que ofrecía la original en pleno directo. Horas de ensayo, y talento. No creo que haya otra forma de conseguirlo.

Inmediatamente después, Vincent nos ponía al corriente de que iban a caer varias de su nuevo (y maravilloso) álbum. Ya no sorprendía tanto, pero el hecho de que esas canciones cobren una vida tan delicada en directo, que se interpreten tan cuidadamente, es una experiencia a saborear segundo a segundo. Volvían a su anterior álbum con “Universal”, y un poco más hacia atrás con lo que supondría una recta final de infarto: “Closer”, “A Natural Disaster”, “Flying” e “Internal landscapes”, esta última de “Weather Systems”. Las sensaciones ya se agolpaban, el público cantaba cuando salía de su asombro, y la banda no dejaba de agradecer, de sonreír y de animar. Vincent, cargado de sinceridad, agradecía la compra de una entrada para verlos, dada la conocida situación en la que se encuentra nuestro país. Un detalle que a poco costoso, sorprende que se lo dejen en el tintero la mayoría de bandas que nos visitan. Será la educación británica.

Se reservaban para el final un par de sorpresas. Uno de sus temas más grandes, más íntimos, de los que estrujan el corazón del oyente, “Empty”, coreada de inicio a fin por toda la sala, y algo de material “antiguo, de cuando era niño”. Nadie esperaba el “Orion” de Metallica. Es más, era casi tan poco esperado como el “One Last Goodbye”, que no había sonado en toda la gira y ha provocado uno de los momentos más emotivos de todo el show.

Un espectacular final, como lo es siempre la bestial “Fragile Dreams”, que provoca los saltos del público, y que, por primera vez en todo el show, se iluminen los músicos con el genial juego de luces de una Joy Eslava a rebosar.

Era mi tercera cita con Anathema, y por fin, les asignan una sala a la medida de su música. Hoy el sonido les hizo justicia, y han podido ofrecer un show de más de dos horas con algunos momentos de infarto, demostrando que apuestan todo por su nuevo rumbo musical, y sobre todo, representándolo en directo como todos queremos. Han alcanzado un nivel muy alto, una altura que sobrepasa etiquetas, géneros y prejuicios. Han llegado al nivel de la buena música, del intimismo y del feeling. Dejan con ganas de mucho más. No se disfruta de shows así todos los días.

Setlist

1. Untouchable part I
2. Untouchable part II
3. Thin air
4. Dreaming light
5. Everything
6. Deep
7. Emotional winter
8. Wins od God
9. A simple mistake
10.Lightning song
11.The storm before the calm
12.The begining and the end
13.Universal
14.Closer
15.A natural disaster
16.Flying
———————–
17.Internal landscapes
18.Empty
19.Orion (Metallica Cover)
20.One last goodbye
21.Fragile dreams

by: Edgar

by: Edgar

A la música le dedico la mayor parte de mi tiempo pero, aunque el rock me apasiona desde que recuerdo, no vivo sin cine ni series de televisión. Soy ingeniero informático y, cuando tengo un hueco, escribo sobre mis vicios. Tres nombres: Pink Floyd, Led Zeppelin y Bruce Springsteen.

11 Comentarios

  1. Anonymous

    Un concierto de sensaciones encontradas.

    Por un lado un setlist, ya esperado, poco adecuado a una sala de este tipo; un setlist de teatro con mejor acústica y sin necesidad de estar apiñado.
    El sonido de inicio bajo, poco contundente, que dajaba las canciones al borde del vacío.

    La cosa fue mejorando en cuanto a sonido. Pero la sala estaba incómoda. Se oían numerosos murmullos, no había esa comunión tan necesaria entre grupo y público que hace de los conciertos experiencias únicas. La sala muy bonita pero muy incómoda, de techos bajos y poca visibilidad desde muchos puntos.

    La batería y las seis cuerdas totalmente desaprovechadas. El orden de las canciones tampoco ayudó mucho. Subidas y bajadas constantes.

    Por otro lado, la calidad del grupo, las ganas en el escenario. Los momentos en que nos ofrecieron de garra, de animal de escenario, rock sin más. Momentos sublimes en la voz femenina, coros geniales. Pequeños momentos de los de antaño. Temazos de su disco anterior que me parece de lo mejor que han compuesto. Grandes momentos.

    Lo dicho, emociones encontradas, aunque me lo pasé genial, un concierto notable aunque a años luz de Pain of salvation o Riverside por poner dos ejemplos.

    Y dos cosas; a ver cuándo abren una sala de conciertos en condiciones en Madrid (paso de volver a la Penélope por lo que me perderé a mi querido Devin Townsend) y a ver si los que se ponen de charla en los conciertos (tanto los que van de expertos como los que comentan lo que van a cenar y no cierran el pico) se quedan en su casa.

    Saludos.

    Responder
    • Laura

      Vaya, qué opiniones tan diferentes tenemos. No soy una gran entendida, pero, de las veces que yo he visto a Anathema (esta era la 6ª), creo que este ha sido el concierto en el que he visto un sonido más contundente. Las guitarras algo bajas, es cierto, pero nada demasiado grave que desluciera el concierto.

      En cuanto a la comunión con el público, es curioso, porque a mí me pareció mayor que nunca.

      En cuanta a la sala… he leído siempre muchas críticas, pero, oye, a mí me gusta, aunque también es cierto que hay que coger buen sitio, porque, efectivamente, tanto visibilidad como acústica quedan tapadas en algunos lugares. No sé… de las salas en las que les he visto (Arena, Copérnico y Penélope, por no mencionar el nefasto Sonisphere), ésta es, como se dice en la crítica, la que les ha hecho mayor justicia.

      A Riverside les he visto 3 veces, y creo que me quedo antes con este de Anathema, que con el último que dieron los polacos en la Sala de Carabanchel.

      En lo que sí coincido 100%, es en los indeseables que van a los conciertos a dar por saco. A mí me tocaron en suerte unos que, no solo no paraban de hablar a gritos y se saltaron la prohibición de fumar, sino que, encima, les dio por hablar como chiquito de la calzaba mientras sonaba A natural disaster o Internal landscapes. Lo dicho, que se queden en su puñetera casa.

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    • Laura

      Ah! también coincido en que el orden del setlist no fue el mejor, pero, de nuevo, nada tan grave que me impida catalogar el concierto de otra cosa que no sea maravilloso.

      Un saludo.

      Responder
    • Laura

      Oops… obviamente, quería decir chiquito de la calzada, no calzaba 😆

      Responder
  2. Anonymous

    Impresionante concierto el de ayer

    Responder
  3. Laura

    Buena crítica, muy parecida a la que habría hecho yo misma (es que coincido en todo, chico). Noche mágica la de ayer.

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  4. KARLAM

    Vaya, y yo que entraba aquí esperando leer algo sobre ASTRA…

    Responder
  5. Anonymous

    Por mi zona la gente estaba más aburrida que una mona por regla general (y compartían su aburrimiento como si dieran por hecho que todos estábamos aburridos). De sonido bien. Setlist como siempre discutible. Pero coincido en que el ambiente de la sala no ayudó mucho. Me faltó algo para que la magia surgiera. No todo depende del grupo. ¿Astra? A esa hora estaba saliendo de trabajar. Una cosa, si pone las 21:00 no son las 20:50 ¿verdad?.

    Responder
  6. Jose

    quería felicitar a @Edgar_Corleone por su crónica del concierto de Anathema de ayer en Madrid. estuve allí y coincido en todo lo que dice y cómo lo ha relatado. Tan sólo quería matizar que en su setlist falta una canción: después de Emotional Winter tocaron «WINGS OF GOD», sólo que no hicieron pausa entre ellas. Así tocaron 21 canciones y no 20, siendo la nº8 esta Wings Of God Gracias de nuevo por la excelente crónica.

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