Cuenta la leyenda que entre 1915 y 1917 nació en Natchez (Mississippi) un bebé de piel carbonizada y sonrisa perlada. Cuenta la leyenda que en sus manos se podían contar hasta 6 dedos y que le pusieron por nombre Theodore Roosvelt Taylor como homenaje al expresidente norteamericano. La historia es larga y se estira hasta perderse entre la realidad y la ficción. Unos cuentan que se cortó con una navaja el sexto dedo de su mano derecha, dejando la izquierda como única muestra de su deformación natal, y otros que jamás tuvo más de 5 dedos en su diestra.

Siempre estuvo viviendo a su estilo. Con 20 años aprendió a tocar la guitarra, escuchando blues allá donde sonara, ya fueran las radios o las calles, hasta llegar al “King Biscuit Time”, el programa radiofónico del gran Sonny Boy Williamson.

Llegados a 1942 y, tras mantener relaciones con una mujer de raza blanca, escondió sus manos para dar protagonismo a sus piernas y correr lo más rápido posible hasta llegar a la ciudad de Chicago, huyendo del temido Ku Klux Klan. Al llegar, el joven Theo se encontró con su nueva realidad, una ciudad burbujeante de música, multitud de compañeros sureños que buscaban en el norte una vida mejor, y el pleno desarrollo de un nuevo estilo de blues, menos rural y más vibrante.

Tuvieron que pasar 15 años para que Hound Dog Taylor y su estilo cobraran vida. Mientras trabajó duro por el día y tocó su guitarra por la noche en sucios garitos que le pagaban una miseria y unas cuantas copas, pero le dejaban desarrollar su pasión por la música.

Pese a todo, se hizo un nombre en el South Side de Chicago con los Houserockers (con Brewer Phillips a la guitarra rítmica y Levi Warren a la batería). En los primeros años de la década de los 60 sacaron sus primeras grabaciones, el single “Baby is coming home/Take five” (con un gran trabajo de slide guitar) con el sello Cadillcs Baby, y en 1962 Carl Jones Firma Records publicó 2 nuevas canciones, “Christine” y “Alley music”.

Hound Dog adoraba el estilo y la música del mítico Elmore James, y el punto culminante para dar un salto hacia delante se produjo cuando, en 1965, Levi Warren dejó el grupo y fue sustituido por Ted Harvey, antiguo batería de la formación de James. La Genuine House Rocking Music llegaba al punto de ebullición, con un trío formado por el propio Hound Dog Taylor como vocalista y guitarra solista, Brewer Phillips como guitarra rítmica y Ted Harvey como batería, sin bajista, ni teclista, ni sección de viento o metales, los tres solos, imprimiendo velocidad y electricidad al blues norteño

Sus shows en el Express Lounge Club se convirtieron en explosiones de potencia, tocando sin parar en interminables sesiones que se alargaban varias horas. Finalmente atrajeron la atención de Bruce Iglauer del prestigioso sello Delmark. De esa unión nació uno de los sellos más emblemáticos de la historia del blues: Alligator Records (recordemos que luego pasaron por sus manos artistas de la talla de Albert Collins, Koko Taylor, Robert Cray, Buddy Guy o Johnny Winter).

Bruce intentó convencer a su jefe en Delmark para fichar a este nuevo talento, pero no lo logró y decidió aportar todo lo que tenía para crear su propia discográfica con el único objetivo de grabar el primer álbum de Hound Dog Taylor & The House Rockers.

El disco se publicó en 1971, bajo la producción de Bruce Iglauer, Wesley Race y el propio Hound Dog y tuvo una repercusión tremenda, convirtiéndose en un éxito. Contaba con 12 canciones de poderoso blues, marcado por un feeling especial que los músicos supieron transmitir en su plenitud. Temas como “She´s gone” o “Give me back my wig” son clásicos por derecho propio y un claro ejemplo de la obra creada.

La historia volvía a ser leyenda y esta nos relata larguísimas noches de alcohol, humo, mujeres y mucho blues pasional, que terminarían por desgastar su relación con Brewer Phillips, hasta el punto de ser habituales los gritos, insultos, peleas, incluso disparos.

Tuvieron tiempo de dejarnos otro álbum llamado “Natural Boggie” (1974) y un póstumo directo bajo el expresivo título “Beware of the dog!” (1976) que llegó a estar nominado a los premios Grammy y que supone una perfecta muestra del directo furiosamente bluesero y crudamente roquero que regalaban a sus fans.

La leyenda llegó a mito cuando el 17 de diciembre de 1975 murió a causa de un cáncer de pulmón, dejando pendiente un juicio (Brewer presentó cargos contra él por los disparos) y grandes composiciones.

En 1982 salió al mercado “Genuine House Rocking Music” que recoge una colección de canciones que nunca se habían publicado, volviendo a estar nominado a los Grammy 7 años después de su muerte. También se publicaron varios bootlegs de mala calidad, pero hay 3 hechos que marcan la influencia e impronta dejada por este genio.

En 1984 entró a formar parte del Blues Foundation’s Hall Of Fame. En 1996 su debut recibió el Foundation’s Classics of Blues Recordings Award, un premio muy prestigioso que dejaba clara la marca del afroamericano. Por último, en 1998, varios artistas modernos colaboraron en un disco tributo a su música, y gente tan dispar como Gov´t Mule, Vernon Reid, Bob Margolin, George Thorogood, Luther Allison o Cub Koda (contemporáneos suyos estos 2 últimos) rindieron homenaje a su música, a un músico único, ni mejor ni peor, pero indefectiblemente único.

HOUND DOG TAYLOR «Hound Dog Taylor & The Houserockers» (1971)

by: Eduardo Garrido

by: Eduardo Garrido

Roquero, cinéfilo, lector empedernido que estudió Derecho para trabajar en una biblioteca y disponer de pelis, discos y libros a mano

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