El pasado 22 de mayo comenzaba la gira europea dentro del tour mundial que están llevando a cabo Def Leppard y Motley Crüe. Y el lugar elegido no podía ser más acertado pues Sheffield es la ciudad natal de los británicos por lo que los sentimientos nostálgicos teñían el estadio de Bramall Lane, hogar del Sheffield United, clásico del fútbol inglés, fundado en 1889, como bien reza la fecha al lado del vetusto reloj con números romanos que preside lo alto de la tribuna.
Buena afluencia de público, lo que hizo que con las dos bandas principales tanto la pista (salvo la zona golden algo más vacía) y las localidades sentadas presentasen una espectacular vista, rozando el lleno. Aunque al inicio no prometía demasiado pues cuando aparecieron los teloneros Vivas se podía ver menos de media entrada. Quizás el ser lunes laborable o que la banda no “pegase” demasiado pueden ser causas principales. Vivas en su media hora no estuvieron del todo mal, se les veía comunicativos y felices en el, a buen seguro, concierto más importante para ellos hasta la fecha. Cuarteto de indie rock, al estilo de Artic Monkeys cuya razón principal para estar allí es que su guitarrista principal es el hijo de Rick Savage, bajista de Def Leppard, algo que también suele hacer Steve Harris con su retoños con Iron Maiden. Media hora de actuación que puede servir para darse a conocer entre el gran público, aunque éste no sea el más adecuado para lo que propone Vivas.
Y tras el descanso entre grupos, con los “pipas” preparando el escenario a toda velocidad aparecían Motley Crüe, con su nueva formación donde John 5 sustituye a Mick Mars. Un acierto en escena pues el otrora guitarra de Marilyn Manson y Rob Zombie, además de sus innegables dotes parea las seis cuerdas acompaña a Nikki Sixx en sus paseos de un lado a otro del escenario y por la larga pasarela que dejaba a los californianos más cercanos a otras partes del coliseo de Sheffield.
Hay que decir que no llevaron nada grabado (cosa que se rumoreaba) y que Vince Neil aguantó moderadamente bien la hora y media de actuación, con un set list irreprochable y donde los americanos demostraron que a pesar de la edad siguen siendo un espectáculo en directo, con un Tommy Lee convertido en el animal con las baquetas que siempre ha sido y Nikki Sixx un soberbio bajista, además compositor de joyas del hard rock como ese arrollador inicio con “Wild side”, “Shout at the devil” y “Too fast for love”, tras presentarse a ritmo del “Requiem” de Mozart. Luego llegaron “Don´t go away mad (just go away)”, primera “muesca” del “Dr. Feelgood”, el Lp del que tocaron más temas y “Saint of Los Angeles”, último gran “single” en la carrera de los estadounidenses.
Les acompañaban, como casi siempre, dos atractiva bailarinas que además ayudan en los coros. Una querencia por las mujeres que siempre ha tenido Motley Crüe, cosa que se pudo comprobar cuando Tommy Lee se acercó a la pasarela gritando que no veía “tetas”, cosa remediada al segundo con unas cuantas señoritas mostrando sus glándulas mamarias para deleite del batería que aseveró no mostrar su miembro viril por miedo a una denuncia (cosas de la cultura actual imperante), siguiendo el concierto con más clásicos como “Live Wire”, “Looks that kill” o la compuesta para la película “The dirt” de título homónimo.
Eso sí, todas las melodías iban a una velocidad menor que en los discos de estudio y que en otras actuaciones del pasado, incluso menos que la última vez que los vi en Donington en 2015 en su supuesto “Final Tour”. Siguen dignos pero ya no resultan tan peligrosos como antaño. A pesar del buen punteo de John 5, los Crüe nunca han sido música para virtuosos, una especie de punkies con pelos largos (como bien apuntó el guitarrista Dani Argiles, líder del proyecto Argi), cosa que se pudo observar con el mediocre medley que unía “Smokin’ in the boys room”, con “Helter Skelter”, “Anarchy in the U.K.” y “Blitzkrieg Bop”.
Concesiones a sus seguidores, anunciando Neil este inicio de la gira europea o Sixx clavando una “Union Jack” en el escenario, llevaban a uno de los momentos de la tarde cuando Tommy Lee dejaba la batería y se acercaba junto al resto al centro de la pasarela para tocar “Home Sweet Home”, dejando la traca final enlazando “Dr. Feelgood”, “Same Ol’ Situation (S.O.S.)”, “Girls, girls, girls”, “Primal Sceram” y el final con “Kickstart my heart”.
Y tras el descanso aparecían por escena Def Leppard a ritmo de “Take what you want” de su reciente álbum “Diamond star halos”, con un Joe Elliot vestido con una chaqueta homenajeando la bandera del Reino Unido. Un Elliot al que no se le puede pedir la voz de hace treinta años pero que se defiende a la perfección tantos años después, sumado a que Def Leppard es la formación que mejores coros hacen. Tan buenos que hasta se puede sospechar que haya alguna ayuda externa. Con todo su sonido fue sensacional, bastante mejor que el de Motley Crüe, ayudado por un buen espectáculo de video que se podía apreciar tanto en la gran pantalla trasera como en las dos enormes en los laterales.
La selección de melodías fue la esperada, alternando un par más de composiciones del “Diamond Star halos” como “Kick” o en acústico “This guitar”, con la banda entera en el centro de la pasarela (incluido el batería Rick Allen), con clásicos del “Hysteria” (el disco más repetido), el “Pyromania” o el “Adrenalize” como “Let´s get rocked”, “Animal”, “Armageddon it”, “Love bites”, “Pour some sugar on me”, “Rocket”, “Hysteria”, “Foolin’”, con momentos de mucha intensidad como el inicio en acústico y luego en eléctrico del “When love and hate collide”.
Una formación que sigue siendo bestial con la enorme base rítmica que conforman Rick Allen (la mejor reinvención de sí mismo en el mundo del rock) y Rick Savage que sigue sin parar un instante, con los dos enormes guitarristas que son Phil Collen y Vivian Campbell, quizás de los tipos más elegantes tocando las seis cuerdas. Todos tuvieron sus momentos de lucimiento como en el solo de batería en “Switch 625”, tras “Bringing’ on the heartbreak”, dejando para la “traca final” “Rock of ages” y “Photograph”, en lo que ha sido la presentación en el “Viejo Continente” de una de las giras más especiales del año.
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