Querer es una estupenda mini serie española de 4 capítulos sobre el drama de una familia cuando la madre decide denunciar al marido por malos tratos. Alauda Ruiz de Azúa (Cinco lobitos) nos ofrece un sincero y descarnado retrato de las miserias familiares, donde cada miembro vive atrapado en una red de amor, resentimiento y frustración. 
Querer sorprende gratamente por su capacidad para plasmar lo crudo de lo cotidiano y sus implicaciones emocionales. Nada de moderneces ni voces en off. Todo es tan sobrio como su enfoque. Querer no es una serie revolucionaria ni transgresora en lo formal aunque sí en el tema que desarrolla. Escenas como la del hijo mayor y la madre en la cocina están cargadas de una tensión pocas veces vista en una ficción. La serie propone al espectador meterse en la piel de cada personaje, a entender sus motivaciones y, al mismo tiempo, a cuestionar sus decisiones. Un mismo hecho puede ser interpretado de muy distinta forma por los miembros de la misma familia. Querer es un ensayo sobre cómo las familias pueden llegar a ser tanto un refugio como una prisión. Su ritmo pausado y sus personajes con múltiples aristas construyen una atmósfera íntima y reflexiva en la que cada espectador toma partido por un bando. Es inevitable. La serie no muestra los hechos juzgados, simplemente nos presenta diferentes versiones de los mismos. Como en Disclaimer, quizás nunca sepamos la verdad. Ocurre que Querer busca hacernos reflexionar sobre algo tan inherente a nosotros como la familia, por lo que va al centro de nuestra sociedad y dinamita no pocas de sus bases.
Hay episodios como el del juicio realmente soberbios por la tensión que transmiten sus personajes. Creo que aquí los creadores de la serie toman claro partido por uno de los bandos y esto le resta algo de interés a la serie. Yo hubiera preferido que nunca estuviera claro quien decía la verdad. Además, ese cambio en uno de los personajes en el último episodio me resultó algo forzado. Un pequeño detalle negativo en una serie que vale mucho la pena.
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