Vuelvo en éste y el próximo post al 2022 para saldar cuentas con dos discos que tenía pendiente reseñar y nunca les llegaba el momento. Encima, para más inri, sendos proyectos tuvieron la deferencia de enviarme el disco en su momento y… ¡ya me vale haber tardado tanto en traérmelos por aquí, en fin…
El primero que os traigo es el primer disco en solitario de ANDRÉS MACARRONE, integrante de los madrileños Macarrones, se trata de un EP de seis temas que lleva por título Los Árboles y fue publicado en septiembre del pasado año. Salta que te pongo en antecedentes…
Todos somos, de alguna u otra forma, ‘Muñecos de Cera’…
¿Y en qué consiste la primera incursión como solista de nuestro ‘Macarrone’?, bueno, tal y como me comentó hace meses, se trata de temas que ha ido maquetando en su estudio casero estos últimos años y que no entraban en el rollo Macarrones. Nuestro protagonista se ha encargado absolutamente de todos los instrumentos, pero también de la grabación, mezcla…. Dicho por él mismo, ‘ha supuesto un auténtico reto realizarlo’. Imagino que la pandemia, con todas las restricciones a la cultura del espectáculo, cierre de salas, etc.… hicieron que Andrés acometiera tan laboriosa tarea teniendo más tiempo del habitual en estas situaciones…
Los Árboles (2022) es un EP que, quiero pensar, recoge la parte más seria y reflexiva del músico, atrás queda la parte más punk y contestataria para centrarse en unas letras mucho más personales e introspectivas en todo momento. Musicalmente, Andrés nos ofrece canciones en medio tiempo, aunque con mucha intensidad, con atmósferas oscuras y, en muchos momentos, claramente post punk («Se Apagó la Estrella»), acercamientos al Gothic Rock y la movida Siniestra ‘a la The Cure’ («Nada Gira Alrededor de Ti», «Los Árboles»). Vemos cierta luminosidad dentro de la bruma en cortes pop rock 60’s y powerpop en «Muñeco de Cera» y «De Cero a Cien». El disco cierra en «Barco Roto», el corte más tranquilito, pero también el más cenizo y crítico con la sociedad y los que nos rodean. En definitiva, un capricho que sorprende, un capricho que atrapa mostrando la cara más personal y frágil del madrileño.
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