Medina Azahara han decidido reivindicar el legado de Triana, cuya música siempre ha estado muy presente en los cordobeses que no en vano ya han grabado canciones anteriormente del grupo formado por Jesús De la Rosa, Tele , banda estandarte del Rock Andaluz y de la que los cordobeses siempre se han mostrado como grandes devotos – no en vano, «Abre la puerta» y «El lago» llevan mucho tiempo formando tiempo del repertorio de Martinez, Ventura y compañía – con este «Llegó el día» desde la portada, apareciendo como insigne trío. Si algo destaca de este «Llegó el día» es que Medina Azahara mantiene firme el espíritu de Triana, pero ha logrado dar un barniz distinto a las canciones y no se las haya llevado a un terreno más potente o duro, donde se sientan más cómodos ni se han dedicado a fusilar fielmente cada una de ellas. El track list me parece muy bien elegido, y eso que hablando de Triana es excesivamente fácil echar de menos canciones o proponer otras que podrían entrar, e incluso crear un listado alternativo a aquellas que nos lleguen con más facilidad al alma. La producción y los arreglos son el gran acierto – por supuesto no hace falta decir que la interpretación de las canciones, que es obvio – de esta grabación y ahí tiene su parte de culpa Jose Luís Figuereo, El Barrio, reconocido fan de Triana que ha sido capaz de añadir ese toque, no tan distinto pero a la vez diferente que enriquece las canciones.
Abren el disco con la siempre apuesta segura de «Sé de un lugar», en la que el teclado asume el protagonismo, sustituyendo el sonido más prog de la original, para sustituirlo por un cariz más íntimo en detrimento del tratamiento más rockero que siempre me ha pedido esta canción y que tal vez hubiese sido el camino más sencillo. Elegante «Cae fina la lluvia», regusto blues que reside en la versión original a la que introducen unos fantásticos coros y la cadencia de la voz de Manuel Martinez que sigue pletórico, con mucha profundidad. Triana además de su música, allá donde fuesen capaces de llevarla, de inspirarse para luego crear, también eran las letras de Jesús De la Rosa y algunas especialmente hermosas se clavan como espinas, caso de «Quiero contarte», en el que la guitarra de Paco Ventura suena brillante. Y si hablamos de letras, que decir de «Sr. Troncoso», seguramente una de mis canciones favoritas de Triana en todos los sentidos que de nuevo Medina Azahara bordan, derrochando feeling, dando importancia a la rítmica marcada por las palmas, desnudándola para servirla como el manjar en si misma que es.
«Sentimiento de amor» conjuga perfectamente una primera parte más cercana a la original, enraizada en los orígenes, una nana flamenca que aporta paz interior para luego acercarla a parámetros más propios de Medina Azahara con fuerza controlada. «Tú frialdad», versionada anteriormente por la banda, nos la acercan en un formato más desnudo, un tú a tú con Manuel Martinez y su voz, la sinceridad y la emoción por encima de cualquier perfección. Transforman la bulería «Recuerdos de una noche», aminorando su impronta rockero, añadiéndole un toque arábigo por parte de los teclados, haciéndola sonar como si una composición propia de Medina Azahara se tratase. De mis favoritas de este disco es «Desnuda la mañana» con ese bajo de corte funk preponderante y la guitarra de Ventura facturando uno de los riffs más potentes toda la grabación, mandando en buena parte de la canción para terminar en un fabuloso duelo con el teclado.
Otra de las canciones comercialmente más conocidas de Triana y seguramente mas versionada es «Una noche de amor desesperada», la más pareja a la original y en el que destaca ese Wah-Wah de guitarra. De una reconocida, a otra que queda un poco escondida en el catálogo de aquellos que profundizan en Triana y su tesoro en forma de canciones como es «Llegó el día» a la que despojan de ese sonido de rock sinfónico que el teclado daba en la original para con una nueva capa lucirla como un sentido medio tiempo que se agarra con fuerza al alma. Escuchando la letra en la voz de Manuel Martinez no quiero imaginar el dolor que le embargaría al cantar ciertas partes de la letra en estos momentos. Un enorme homenaje de una banda señera del Rock Andaluz, quizás el buque insignia de este. Ojalá nunca nos falten los cordobeses.
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