No quiero que suene a tópicos ni a típicas posturas que buscan quedar bien o tener el pecho amoratado de tanto golpe. Pero es que es un hecho incontestable que en este país nuestro se está haciendo rock a unos niveles que rozan el que cualquier escena foránea nos pretenda colocar como expresión. Otra cosa son los medios al alcance de los artistas y los caminos empedrados a los que se enfrentan. Nada nuevo bajo el sol. Mejor debajo que de cara. Me topo con otro disco del que no teniendo en principio referencias, tampoco las necesito una vez que comienza a sonar. Valdés presenta su ya tercer disco. Producido por Martín Calabria y con el mítico Hermes Calabria tocando la batería en gran parte del trabajo, nos deja un muy buen disco de rock con reflejos del pop más elegante, batiéndose con bravura en esa difusa frontera donde bailan Fito y Los Fitipaldis o lo hacía Manolo Tena, mi añorado Manolo, quien me viene a la cabeza una y otra vez escuchando a Valdés y sus canciones.
Desde ese inicio a lo Santana de sus últimas entregas con “Yo solo quiero”, el recuerdo de Los Secretos que se cruzan en la magnífica “Mi estrella de carbón” o la preciosa melodía de “Aquella flor”. Destaca la guitarra en “La grieta” cobrando protagonismo al igual que en “Somos los buenos” donde bebe aires del rock sureño con clase suprema. Valdés mima su obra a base de no dejar ni un solo detalle a la improvisación ni dejar cabos sueltos. En “Me arranqué mi espina” profundiza en terrenos donde se sentían muy a gusto The Police con esos ritmos reggae que dan calor a la canción meciéndola. Termina el disco rindiendo tributo a Antonio Vega con su “La última montaña”, un fantástico final en el que Valdés afronta perfectamente la labor vocal, nada sencillo por otra parte.
El disco trae además dos bonus tracks para seguir disfrutando de este “El viajero multicolor “ que ya estaban incluidos en su e.p. “La escala de Turin”. Estos son “Hacen falta héroes” en la que de nuevo Santana vuelve a dibujarse en el solo de guitarra y “Los chicos listos”. Muy buen disco de Valdés que podría sonar sin problemas en las grandes FM de este país si estas no estuviesen a otra cosa.
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