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En la década de los ochenta Depeche Mode habían editado discos memorables como Black celebration (1986), Music for the masses (1987) o el mítico directo 101 (1988) que los habían afianzado como uno de los mejores exponentes del movimiento techno. En 1990 Depeche mode alcanzaron la cima de su sonido con Violator, uno de esos discos para la historia. Un éxito masivo de crítica y público que los catapultó al Olimpo sin dejar de ser un grupo de culto. Pero el siguiente paso era decisivo. Seguir anclados en el sonido que les había dado fama y prestigio o seguir evolucionando. Eran los noventa, el grunge estaba arrasando en las emisoras de todo el globo y el rock duro estaba otra vez de moda. Ya no parecía haber sitio para los sonidos que habían triunfado en los años ochenta. Grupos estandarte como The Cult, U2, REM o The Cure se adaptaron con desigual fortuna a los nuevos tiempos.

Depeche mode decidieron no estancarse y  siguieron evolucionando, hubiera sido muy fácil repetir la fórmula que les había llevado al éxito, afrontando el reto sin miedo. Si el techno había sido siempre acusado de música fría y sintética (la herencia Kraftwerk), Depeche mode demostraron con Songs of faith and devotion (1993) que el techno puede ser tan pasional y oscuro como el rock. En este disco las influencias de la música negra en las composiciones de Martin L. Gore son más que evidentes que nunca, temas como Condemnation o Get right with me tienen claras influencias gospel, mientras otros como Walking in my shoes o I feel you tienen una evidente inspiración en el blues. Depeche mode tiñeron su sonido de oscuridad y obsesión mediante el uso de baterías reales (no programadas) y simples pero efectivos riffs de guitarra. Igualmente el tema One caress tiene unos atípicos arreglos de cuerda. Para esta evolución del sonido fue fundamental la contribución de Alan Wilder, quizás el miembro del grupo más dotado musicalmente y quien más se involucró en la grabación del disco dándole la necesaria coherencia. Wilder tocó la batería en el disco así como en las actuaciones en directo, dando a Depeche mode un sonido más orgánico. Por otro lado, Dave Gahan siempre había deseado ser el cantante de un grupo de rock y quería dar un giro más rockero al sonido del grupo. Su vida se estaba adentrando por terrenos resbaladizos (que le llevaron a estar clínicamente muerto por sobredosis en 1995) y su imagen más rockera no era más que una manifestación de los cambios sufridos en su vida.

La interpretación vocal de Gahan en Songs of faith and devotion fue la más pasional de todas las realizadas hasta la fecha. Lamentablemente, Alan Wilder abandonó el grupo en 1995 desanimado por la falta de reconocimiento dentro del grupo y la espiral auto destructiva en la estaban inmersos Gahan y Gore, iniciando una carrera en solitario bajo el interesante proyecto Recoil. Pero ni las adicciones ni las deserciones pudieron con Depeche mode. A partir de ahí Depeche mode se convirtió en trío y han intentado suplir la labor de Wilder con más pena que gloria.

El resultado de todo lo citado anteriormente fue el disco más sucio, obsesivo y pasional del grupo británico. Una pequeña joya que marcó nuestra adolescencia.

 

DEPECHE MODE – Songs of faith and devotion

by: Luis Cifer

by: Luis Cifer

Luis Cifer, nació en la ciudad del cierzo. Se dice que siempre viste negro, que Luis no es su nombre real y que duerme en la calle. Otros dicen que tiene un trabajo, que no bebe alcohol e incluso que es padre de familia, pero no hay nada confirmado. También se le puede encontrar en su blog de cine.

5 Comentarios

  1. Pupilo Dilatado

    Ya te digo si marcó nuestra adolescencia!!!, fue el primer disco que escuche entero de DM y, aunque se encumbre mucho «Violator», la densidad, el sonido mas orgánico y guitarrero y un directo tan excesivo como » Devotional» hacen de esta época y este disco algo muy especial y que recuerdo con mucho detalle.

    Buen trabajo Luis Cifer

    Responder
  2. Manu

    Discazo ! Muy de acuerdo con la reseña,aunque pienso que los DM trío también nos han dejado cosas interesantísimas

    Un saludo !!!

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  3. RUL

    Totalmente de acuerdo, SOFAD es y será el disco imprescindible que siempre me acompañará. Fue mi primer concierto y no pude tener mejor estreno.Confiemos en que siga siendo la columna vertebral en todas las giras que quedan por venir…

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  4. aislandia

    Mi disco favorito de mi banda favorita.Qué más puedo añadir. Y qué bien ha envejecido. De acuerdo en que la etapa post Wilder nos ha dejado joyas (Ultra,Playing the Angel),pero también un disco que parece una retahila de descartes y caras B (SOTU).Creo en que los últimos trabajos ralentizan en exceso los tempos y adolecen de ese «punch» de antaño,como si estuvieran temerosos de crear un hit contundente.

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  5. Robert Spacewalker

    Mi segundo disco favorito de mis banda favorita antes de la joyita Ultra…
    Siempre le he llamado el hermano rebelde del Violator, creo que fue el inicio de la etapa de lo que hoy es Depeche Mode una época mas englobado en el rock, y a pesar que no le apostaban mucho les funciono de lo mejor y ahora son un gran grupo de culto, no se estancaron como otros grupos que murieron a inicios de los 90’s dedicados a la música con «teclados»

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