by ÁNGEL
Si hay un escritor que me atrapó desde el principio, ese fue Antonio Muñoz Molina. Quiero decir desde el principio de conocerlo, cuando cayó en mis manos El jinete polaco (premio Nacional de Narrativa y Planeta en 1991), en mi época universitaria. Era lo mejor que había leído hasta el momento. Y desde entonces se convirtió en uno de mis autores de cabecera. Lo seguí en El País (en aquellos fabulosos artículos de “Vivir para contarlo”), porque cada uno de sus textos suponía para mí toda una suerte de descubrimiento. ¡Cómo utilizaba Muñoz Molina la palabra para rascar en la realidad, para sondear en su fondo! Eran palabras tan deliciosamente empleadas, con tanto tino, que acercarse a su lectura era beber de un agua nueva.
Después del libro citado, vinieron otras lecturas,
Beatus Ille,
Ardor guerrero,
Sefarat o
Ventanas de Manhattan,
La realidad de la ficción,
Las apariencias; fueron esos títulos con los que fui vencido y, por lo tanto, son las que aconsejo. Todavía lo sigo regularmente en su
web-bitácora, y mantiene aún esa sutileza reveladora con que nos vive la realidad que cuenta.
Pero aquí hemos venido a hablar de cine. Era
Muñoz Molina, lo recuerdo, otro de los escritores que se dejaban caer como
crítico ocasional por el programa de Garci ¡Qué grande es el cine! Y fue otro de los cinéfilos que fue seleccionado para que diese la lista de las
25 películas de su vida, en 1995, escrutinio que arrojó un resultado final que ya dejamos por
aquí.
Esta fue su lista:
1925. La quimera del oro
1926. El maquinista de la General
1928. Y el mundo marcha
1931. El doctor Frankenstein
1932. El hombre invisible
La parada de los monstruos
1933. King-Kong (de Schoedsack)
1940. Luna nueva
1944. Perdición
1948. La dama de Shangai
1949. En un lugar solitario
Juntos hasta la muerte
1950. La jungla de asfalto
1952. Solo ante el peligro
1956. Centauros del desierto
1959. Con faldas y a lo loco
La dolce vita
1960. El apartamento
1961. El buscavidas
Plácido
1963. El verdugo
1972. Cabaret
1975. El hombre que pudo reinar
1986. Hannah y sus hermanas
1990. Uno de los nuestros
Y en la lista de mi autor favorito durante muchos años no podía faltar mi película favorita durante otros tantos,
El buscavidas. Y por ahí están Chaplin y Keaton (y ¡oh!, también otra de mi
top ten del cine mudo:
Y el mundo marcha), o esas otras grandes pelis como
La parada de los monstruos,
El hombre invisible,
Perdición (de lo mejor de los años 40), está Wilder, Berlanga (aunque falta
Buñuel; nadie es perfecto) y está, para finalizar, una de las mejores películas de todos los tiempos, aunque sea de los 90. Muñoz Molina no podía fallarme, porque a veces (como me ocurrió en su día con Cortázar) Muñoz Molina soy yo (como la Bovary para Flaubert). Creo que ambos seguimos viviendo en un Chagall.
Autor: Ángel Carrasco Sotos
Otras entradas de esta serie:
Las mejores películas para Ángel Fernández-Santos
Este tio me atrapo con Beltenebros (te aclaro que jamas vi la adaptacion al cine de Miro) por su cercania al genero negro y siempre deje en debe “El jinete Polaco” que saldaremos algun dia .
Un abrazo Angel y otro para Perem