A bote pronto se me ocurren cosas bastante más peligrosas en las que gastarse el dinero de los contribuyentes antes de emprender acciones judiciales contra el director de un festival de cine por mucho que en una película haya un par de escenas “delicadas”. El mundo del arte está lleno de obras que pueden intentar transmitir el horror, la parte más oscura del ser humano y la sinrazón de su existencia, y no siempre el tratamiento final de este horror ha acabado en una denuncia de la Fiscalía. No sé, pero no recuerdo, y solo lo pongo como un mero ejemplo, ninguna denuncia al director del Museo de Prado por exhibir un cuadro de Francisco de Goya llamado Saturno devorando a un hijo, por no hablar, pero eso ya nos alejaría del mundo del arte para llevarnos directamente a las alcantarillas, de algunos canales de televisión surgidos recientemente cuyos contenidos me parecen que a diario sí cruzan la línea pero que se amparan bajo la denominada Libertad de Expresión.
Solo os puedo decir que llevo viendo cine de terror prácticamente toda la vida, y esta película me impresiono y chocó, no solo por sus imágenes, si no porque considero que alguien que se regocije imaginando esas situaciones y las plasme en un guion, esta realmente enfermo.
No es una película con “mensaje” ni emplea un sofisticado guion para hacernos llegar a determinados pensamientos, mas bien es una agresión gratuita y brutal al incauto espectador que tenga la mala suerte o el poco sentido común de verla.
Por esta película, justificaría que encarcelaran de por vida en un psiquiátrico tanto al guionista como al director.
Insisto en recalcar (aunque mas de uno ahora desee verla mas aun por este comentario) que no es una película, no transmite ningún mensaje ni idea ni pensamiento, no se trata de una obra creativa; su visionado es como ver una ejecución sumarial, uno de esos vídeos horribles de decapitaciones que los talibanes cuelan por internet o la tortura a un animal. El objetivo que persigue el perturbado director no es otro que hacer daño al espectador.
Es la obra de una mente enferma.”
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Remito a mi comentario de la entrada antigua. No tengo nada más que añadir. (En esto, jefe Perem, no nos pondremos nunca de acuerdo; ¡cachienlamar!).
Abrazote.
No la he visto, por lo tanto no puedo juzgar. Habría que ver si las imagenes que contiene vienen a cuento para transmitir algo o hacer reflexionar o si simplemente son provocación gratuita o barata.
Un saludo
Sobre la libertad de expresión viene muy bien la entrada reciente de Mi Mesa Coja, “La tiranía del buen gusto” http://www.mimesacojea.com/2011/03/la-tirania-del-buen-gusto.html
La película es un bodrio pero lo de la denuncia me parece exagerado y peligroso.
Bueno Perem, no la he visto, por lo que hablar de oídas o de los comentarios que lea, sería justamente eso, “hablar de oídas”.
Pero o es una campaña de marketing bestial para promocionarla o es que verdaderamente se merece el director de Sitges, la denuncia. Precisamente este festival es muy abierto…
Yo creo que hay temas, al menos para mí, intocables y son el “uso y abuso” de los menores. Quizás, si tengo ocasión de verla, vuelva y comente.
Un saludo y gracias por la información.
Tendré que verla para poder juzgarla…
No puedo creer que haya nada criminal ahí, por muy de mal gusto que sea…
Al igual que Möebius, opino que no hay nada delictivo en esa película, es más, creo que alguién debería buscar en el diccionario el significado de la palabra “ficción”.
Un saludo.