De nuevo Iron Maiden en la web, y de nuevo para hacer referencia a lo ocurrido el pasado sábado en Valencia. Puede parecer repetitivo realizar una nueva entrada sobre lo ocurrido en el Auditorio Mar, pero el motivo está mas que justificado ya que Kiko de GKG Rock me ha hecho llegar la crónica y el reportaje fotográfico de la actuación de Iron Maiden.
Cuarta colaboración entre las dos webs y tal como afirmaba el pasado mes de junio con motivo de su reportaje sobre el
Sonisphere de Suiza, las crónicas de Kiko de GKG Rock tienen un plus añadido y van mas allá del relato de las sensaciones vividas en los diferentes eventos a los que acude. Este valor añadido viene en forma de unos reportajes fotográficos que posiblemente sean de lo mejor que se pueden encontrar en la Red, y que consiguen transmitir las sensaciones de lo allí vivido.
Iron Maiden. 21 de Agosto de 2010. Auditorio Marina Sur. Valencia.
Una nueva gira de Iron Maiden que pasaba por nuestro país. Qué cansinos dirán unos, qué maravilla dirán los que tienen un par de dedos de frente. Una ciudad a mi modo de ver poco acertada, un lugar para el concierto aún menos acertado, al menos para mi gusto, pero esto es lo que había. Si en el 2008, Mérida me pareció un lugar aún más extraño y el concierto fue la bomba, aquí, no fue tan inmenso, pero no se le pueden sacar muchas pegas.
Además estaba el añadido de que era el último concierto del primer periplo de la gira de The Final Frontier, un pequeño aperitivo de lo que nos puede esperar el año que viene. Si a eso le sumamos que no era festival, sino que era un concierto realmente suyo, con una sola banda telonera, Edguy, que a la gente le gustó desde el primer día en que se anunció, se presentaba todo bastante de cara.
El horario del concierto fue más europeo que español, ya que a las 21:12, la intro que acompaña a Iron Maiden desde hace muchos años, el Doctor, Doctor de Ufo empezó a sonar. Aún no era de noche pero la magia de la banda más grande del planeta volvía a ponerme los pelos de punta como si fuera la primera vez que los veía. Y ya aseguro que les he visto unas cuantas veces.
Tras el Doctor, Doctor, las pantallas de vídeo a ambos lados del escenario se iluminaron con una nueva introducción de poco más de un minuto de duración en la que se veían imágenes de nebulosas, planetas y naves, como si fuera una película de temáticas espacial tipo Star Trek. Al mismo tiempo, sobre el escenario, el juego de luces no dejaba de funcionar en tonos rojos, como si fuera la alarma de una nave espacial. El vídeo acabó y empezó lo que realmente querían ver los veinte mil asistentes al concierto. Iron Maiden saltaban al escenario con Wickerman con una explosión de velocidad en las piernas de los miembros de la banda. Steve Harris iba de un lado para otro y Bruce Dickinson con su gorro de lana bordado con el nuevo Eddie (ya le vale por otro lado con el calor que estaba haciendo), nos deleitaba con su no parar encima del escenario. El montaje escénico no era muy diferente al que llevan desde hace ya unos cuantos años, sus telones y las pasarelas elevadas por las que Dickinson no deja de correr. No había ninguna novedad más.

Dave Murray y Adrian Smith, como siempre más comedidos, pero muy profesionales, sobre todo Adrian, y Janick Gers al otro lado del escenario moviéndose en su parcela de tres metros cuadrados como si algo le estuviera picando continuamente. A veces me pregunto si realmente tiene enchufada su guitarra.
Ghost Of The Navigator fue el siguiente tema. Estábamos viviendo el mismo comienzo en lo que a temas se refiere, que la gira del Brave New World, justo antes de comenzar el tema, alguien le tiró a Bruce un cojín con un tanga y que él recogió, cosa realmente extraña, ya que no suelen hacer caso a nada que llegue desde el público, bromeó un poco con él y lo dejó a un lado. Continuaron con Wrathchild, que si, que a la gente le puede gustar mucho, pero que ya es un poco cansino de escuchar por muy bien que lo sigan haciendo. Me sorprendía que Bruce no parara de reírse, eso hacía presagiar una gran noche.
El juego de luces era bastante bueno, con la parte de arriba rodeada por dos semicírculos sin llegar a completarse y dentro de ellos, tres bloques que formaban tres triángulos que según el tema iban bajando, subiendo y moviéndose a los lados.
A pesar de mis dudas, en España disfrutamos del mismo montaje que en el resto de los conciertos de la gira. Sin embargo el sonido, a pesar de ser bueno, al menos desde donde yo estaba (segunda fila lado izquierdo), estaba bastante bajo. No era el sonido atronador que otras noches te llenaba por completo.
Primera parada, y Bruce dio una primera charla explicando que tenían un nuevo álbum en la calle y que tocarían un pequeño adelanto del mismo, que no el single. El Dorado sonó con el fondo de un telón en tonos rojos en un paisaje desértico. Es cierto que no es un temazo, pero la gente lo acogió bastante bien.
Janick cogió la acústica y dio comienzo Dance Of Death, toda una delicia de canción que afortunadamente han recuperado para este tramo de gira. The Reencarnation Of Benjamín Breeg fue la siguiente. Bruce iniciaba el tema cantando sentado desde el centro del escenario. Janick se acercaba algo más al centro del escenario y un Harris colocado totalmente a la izquierda del escenario comenzó a tener problemas con su bajo, de tal forma que no tuvo más remedio que cambiarlo, accidente por el cual no pudimos disfrutar de que nos apuntara con el mástil del bajo en la parte del solo de éste tema, como hace habitualmente. Ya habría más ocasiones.
Telón de soldado de la primera guerra mundial con la bandera inglesa en la mano y sin presentación alguna,
These Colours Don’t Run hizo las delicias de nuestros oídos, aunque insisto, con un sonido bastante bajo.
A continuación llegó el momento más emotivo. Primero Bruce animó a la gente haciendo que todos levantaran las manos mientras iba señalando las diferentes zonas del público para después, y con mucha menos verborrea que el resto de las noches anteriores, dedicó
Blood Brothers a Ronnie James Dio, algo realmente impagable.
El bajón del concierto fue Wildest Dreams. No es que sea mal tema, pero yo aparte de cómo tema de comienzo, no lo usaría mucho más. Sin embargo, el siguiente fue mucho mejor acogido, al menos para mi. Con Bruce Dickinson saliendo de la parte exterior izquierda del escenario, empezaron los primeros acordes de No More Lies, grandísimo tema del Dance Of Death. Brave New World fue la siguiente con un Dickinson la mayor parte del tiempo sobre la pasarela encima de la batería de Nicko, que a pesar de su edad, lo sigue haciendo de maravilla.
Sigue leyendo la crónica de lo sucedido en el concierto de Iron Maiden en la web de GKG Rock
Espectacular reportaje fotográfico.
Setlist
Jopelines,qué fotazas,qué bien situados que estaban,sí?pues no parece que he ido y todo! 😉
Achuchones!
Más que la ciudad es el sitio elegido en sí, demasiado reducido para una banda de este calibre.
Ringo dixit
Tras asistir al concierto y no ver prácticamente nada debido al desastre de auditorio montado por la organización estoy viendo las fotos y ni parece que haya visto este concierto
No podía permitirme la entrada, pero me alegré al saber que no tocaron demasiados clásicos. En fin, quizás en otra ocasión
Un desastre total de organización, vaya forma de tirar el dinero. Era casi imposible ver el escenario y las pantallas, un agobio total!
Bonita crónica, apasionada y sorprendente, pues no deja de agradecer el material de Matter of life and death y Dance of death, dos álbumes en mi opinión bastante malos.
Pero me acercaré a ver la próxima gira, fijo.
y por que coño la ciudad no era el sitio adecuado? pues fueron 26000 personas yo creo que esta bastante bien