Ya son años; cinco, creo, desde que esta banda comenzó a pisar los escenarios con una formación ciertamente estable. Perdieron a William Miller por el camino pero, hoy día, ya se percibe como un cambio a mejor, y no sólo por la estabilidad que proporcionó Dave Gómez, sino por su innegable carisma y ese fluido chorro de voz que tan bien le sienta a la banda.

En cinco años ya van tres discos, a cada cual mejor; cierta cantidad de conciertos, ensayos, apariciones en TV y, lo más importante: ahínco. Deniro luchan contra la ingente cantidad de bandas de hoy abriéndose paso a guitarrazos a través de la selva conciertil de Madrid, haciendo buen acto de presencia en el resto de provincias españolas y, en definitiva, ganándose el público que merecen.

Todo ello se percibe en conciertos como el que el pasado sábado ofrecieron en el Café la Palma de Madrid, un acogedora y reducida sala de la capital en la que sonaron más que correctos, llenando buena parte del habitáculo de un público diverso al que se ganaron progresivamente. Les faltó escenario, no ganas, pues aunque no cabían en aquellos escasos metros cuadrados, midieron sus continuos movimientos lo suficiente como para dejar claro cuánto disfrutan con la música que tanto han preparado en el local de ensayo.

Desde temas iniciales, como su icónica «Sectas», o el intrépido inicio que fue «Agua», hasta cortes recientes del, para un servidor, más redondo álbum del grupo: «El sueño que arde», la dramática «Éxodo», o la preciosa «Haima de Cristal», con la que mostraron su lado más comercial, que no infantil. Todas sonaron rodadas, brillantes y dinámicas, y su buen funcionamiento se demostró cuando la comunión entre público y banda se manifestó: al entrar, nos obsequiaron con globos de fiesta, que el público infló para desentenderse de ellos hasta el tercer y cuarto tema, que comenzaron a sobrevolar a pares nuestras cabezas. Toda una fiesta de rock para celebrar la creciente madurez de esta seria y original banda.

Por apoteósico que fuese el final, con «Luchador» y «Arde», dos de sus temas cañeros y muestra de qué es lo que mejor saben hacer, los 80 minutos supieron a poco. De tan divertido, dinámico y efectivo, el show se quedó en un suspiro aunque, espero, suficiente para convencer a primerizos de estar ante una banda real, trabajadora y de talento. Por mi parte, no deja de ser un placer crecer junto a una banda que no deja de hacerlo, tanto a lo ancho como a lo alto; en alcance y en calidad. Y que sigamos así.

by: Edgar

by: Edgar

A la música le dedico la mayor parte de mi tiempo pero, aunque el rock me apasiona desde que recuerdo, no vivo sin cine ni series de televisión. Soy ingeniero informático y, cuando tengo un hueco, escribo sobre mis vicios. Tres nombres: Pink Floyd, Led Zeppelin y Bruce Springsteen.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas entradas

Últimos comentarios

Te puede interesar

Crónica de Grim Paradise en la Sala Vesta de Madrid (13/04/2024)

Crónica de Grim Paradise en la Sala Vesta de Madrid (13/04/2024)

Ahora que ya estamos de vuelta a las soleadas tierras de Cadiz, toca sentarse frente al ordenador y comentar algunos de los conciertos que pude ver en mis dos semanas que estuve danzando por tierras madrileñas, en un breve, pero intenso retorno, para disfrutar de los...

Crónica de Súcube en El Cobijo de Puerto Real (Cádiz) (6-04-24)

Crónica de Súcube en El Cobijo de Puerto Real (Cádiz) (6-04-24)

Siempre es un placer descubrir nuevas salas que se atreven a programar música en directo y bandas que ofrecen aparte de las consabidas versiones sus propios temas. Entendemos que tengan que rellenar repertorio con las canciones de otros mientras componen sus melodías....

Pin It on Pinterest